MADRID 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio, realizado por investigadores del Albert Einstein College of Medicine, de la Universidad de Yeshiva (Estados Unidos), sugiere que las mujeres con VIH pueden beneficiarse de nuevos métodos para detectar el cáncer de cuello de útero, que reduzcan la frecuencia de pruebas más invasivas. Los resultados del estudio han sido publicados en 'JAMA', en un número temático sobre el VIH.
El autor principal Howard Strickler, profesor de Epidemiología y Salud de la Población, en el Albert Einstein College of Medicine, ha presentado la nueva investigación, publicada en 'JAMA', en la Conferencia Internacional sobre el SIDA.
En comparación con la población en general, las mujeres con VIH tienen un riesgo elevado de cáncer de cuello de útero y, por lo tanto, son sometidas a pruebas de detección con más frecuencia. Estas pruebas suponen una carga para las pacientes con VIH, y para el sistema de salud, debido a las frecuentes biopsias -que, a menudo, no revelan enfermedades clínicamente relevantes.
En 2009, 1,2 millones de personas mayores de 13 años vivían con el VIH en los Estados Unidos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades -las mujeres representan aproximadamente una cuarta parte de las personas infectadas.
En marzo de 2012, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades revisaron sus directrices sobre el cribado del cáncer de cuello uterino dirigidas las mujeres sin VIH, mayores de 30 años, sugiriendo que se realice el cribado una vez cada cinco años, siempre que tengan una prueba de Papanicolaou normal, y un resultado negativo en la prueba del virus del papiloma humano (VPH) -el principal responsable del cáncer de cuello uterino. La prueba de Papanicolaou detecta cambios cancerosos o precancerosos en el revestimiento del cuello uterino, y la prueba del VPH detecta el cáncer asociado a los virus.
Sin embargo, estas directrices no han actualizado las recomendaciones de cribado para las mujeres con VIH. Así, las recomendaciones actuales para estas mujeres incluyen dos pruebas de Papanicolaou, a intervalos de seis meses, en el primer año tras el diagnóstico del VIH y, si es normal, una prueba al año. Sin embargo, no se recomienda la prueba del VPH a estas pacientes.
Ahora, el presente estudio ha examinado si las pruebas invasivas para detectar el cáncer cervical podrían reducirse en las mujeres con VIH con una prueba de Papanicolaou normal, y un resultado negativo en la prueba del VPH. Los investigadores creen que, en estos casos, el riesgo de lesiones precancerosas o cáncer cervical será muy bajo durante varios años, independientemente del estado del VIH.
El estudio analizó datos de 420 mujeres con VIH, y 279 sin VIH, inscritas en el Estudio Interinstitucional del VIH en la Mujer -el mayor estudio prospectivo sobre mujeres con VIH en Estados Unidos. Al inicio de la investigación, las mujeres presentaban una prueba de Papanicolaou normal, y resultados negativos de los tipos de cáncer relacionados con el VPH. Las tasas de las lesiones precancerosas y de cáncer de cuello uterino, en las participantes, se midieron después de tres y cinco años de seguimiento.
Según los resultados, la incidencia de lesiones precancerosas de cuello uterino era similar en las mujeres con VIH, y en las mujeres sin VIH. Por otro lado, no se detectaron casos de cáncer de cuello uterino en ninguno de los grupos.
Según la coautora Marla Keller, profesora de Medicina y Obstetricia en el Albert Einstein College of Medicine, estos datos plantean la posibilidad de que las pruebas del VPH y Papanicolaou puedan ser utilizadas para reducir el número de biopsias innecesarias, en mujeres con VIH.