MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) -
Un trabajo de investigación netamente español ha logrado por primera vez elaborar el diseño virtual completo de la estructura de la proteína CPT1, responsable de la acumulación o eliminación de las grasas en el organismo y de la sensación de apetito, lo que supone el primer paso para la elaboración de futuros fármacos que ayuden a combatir la obesidad.
A pesar de que el proyecto se encuentra en su fase inicial, su director, el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Paulino Gómez-Puertas, se mostró optimista respecto al nivel de efectividad que puedan conseguir los medicamentos que se fabriquen a partir de las pruebas en el ordenador y en el laboratorio, aunque el plazo para que estén disponibles en el mercado no será inferior a los doce o quince años. "Es difícil predecir el nivel de efectividad, pero todo indica que estamos en el buen camino", destacó.
Dichos fármacos estarían indicados para los casos de obesidad grave, "no para casos de personas que quieran perder cinco o diez kilos, para las que lo recomendable es dieta y ejercicio", y además de permitir la pérdida de peso mediante la quema de las grasas acumuladas, reducirían la sensación de apetito que se genera en el cerebro.
El modelo bioinformático tridimensional de la Carnitina palmitoiltransferasa 1 o CPT1 que se ha conseguido, contando con la colaboración de miembros de la Universidad de León y de Barcelona -concretamente, del grupo de Farmacia-, y de una empresa madrileña de diseño informático, supone disponer del diseño de la proteína "clave" en los procesos de obesidad, diabetes y daño cardiaco asociados.
Esta enzima es el "punto clave" en el proceso metabólico, pues decide, cuando se ingieren grasas, si éstas se acumulan o se queman para producir energía, tanto en el hígado, en el tejido adiposo, en músculo, así como en el cerebro, ya que es la que "decide si tenemos o no apetito".
La ventaja del diseño virtual es que permite probar en el ordenador multitud de medicamentos y testear "si encajan en la proteína", eliminando aquellos que no den buenos resultados y pasando al tubo de ensayo los que respondan de forma adecuada. El horizonte es obtener fármacos que "no sólo sirvan para adelgazar, sino también reducir ganas de comer actuando sobre el cerebro", concluyó.