BARCELONA, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
Investigadores españoles han descubierto una proteína que sirve de marcador para detectar el riesgo de recaída de la glomeruloesclerosis focal y segmentaria idiopática (GFSI), una grave enfermedad del riñón que aparece en el 40% de las personas que han sido trasplantadas.
El estudio, en el que han participado 14 centros de trasplante renal que integra el grupo español de actualización en trasplante (Great), permite detectar con antelación la recaída de los pacientes, lo que sirve para adoptar medidas terapéuticas diferentes desde el inicio, con mejores resultados.
La investigación, que publica la revista 'American Journal of Transplantation', ha estado liderada por el grupo de Fisiopatología Renal del Cibbim-Nanomedicine, del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (Vhir), y el Servicio de Nefrología del mismo hospital, quienes han descubierto que la proteína modificada apolipoproteína A-lb se asocia a las recaídas de GFSI, ha informado el centro en un comunicado.
La glomeruloesclerosis focal y segmentaria tiene un origen desconocido, y puede tener causas genéticas o secundarias como la obesidad, diabetes, infección por VIH, además de otras desconocidas, y se caracteriza por la recaída después del trasplante, ya que la enfermedad afecta también al nuevo riñón.
La GFSI se manifiesta como una lesión progresiva del riñón, y forma un tejido cicatricial en forma de glomérulos, que hacen de filtros de la orina, dificultando la eliminación de sustancias innecesarias y tóxicas para el organismo.
El Vhir ha indicado que esta enfermedad es la responsable del 20% de trasplantes de riñón que se realizan en España, por detrás de la diabetes y de lesiones derivadas de la hipertensión.
La proteína identificada permitirá conocer el riesgo de recaída, algo que hasta la fecha se desconocía, y dada la "aplicabilidad inmediata" se ha trasferido la patente.
"Este hallazgo puede cambiar el curso de la enfermedad. Si actuamos de manera inmediata gracias a saber si nos encontramos ante una recaída o no, podemos optar por una estrategia terapéutica que evite la pérdida del riñón trasplantado", ha señalado la médico del Servicio de Nefrología del Vall d'Hebron Carme Catarell.