MADRID 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
La vacuna del virus del papiloma humano (VPH) 'Cervarix' de GlaxoSmithKline ofrece protección sostenida frente a la infección de los tipos VPH-16 y VPH-18, los tipos más comunes asociados con el cáncer cervical, tras más de 6 años, según un estudio de la Universidad de Nuevo México en Alburquerque y del grupo de estudio de la Vacuna HPV-007 de la empresa GlaxoSmithKline que se publica en la edición digital de la revista 'The Lancet'.
El presente trabajo consistió en un estudio inicial de eficacia que comenzó en 2001 y un estudio a largo plazo de seguimiento en 2003. Los resultados del estudio inicial y los dos análisis del estudio de seguimiento ya han sido publicados. Los autores informan ahora del análisis final del estudio de seguimiento, con un seguimiento total de hasta 6,4 años tras la vacunación.
En el estudio original se analizaron 1.113 mujeres de 15 años con un perfil cervical normal que no mostraban evidencias de infección por el VPH. En el trabajo de seguimiento participaron 27 localizaciones de tres países y se incluyeron 393 mujeres en el grupo de vacuna y 383 en el de placebo. Cada 6 meses se analizaban muestras cervicales en busca de ADN del HPV. El principal objetivo era evaluar la eficacia de la vacuna a largo plazo para prevenir la infección por VPH-16 o VPH-18, o ambos.
Los autores realizaron análisis combinados de los datos de eficacia del estudio inicial y el de seguimiento durante 6,4 años tras la primera vacunación para proporcionar una buena estimación de la eficacia global de la vacuna, tanto en el corto como en el largo plazo.
La eficacia de la vacuna frente a la incidencia de la infección con VPH-16/18 era del 95 por ciento y frente a la infección persistente de 12 meses era del 100 por cien. La eficacia frente a las lesiones precancerosas que pueden dar lugar al cáncer cervical era del 100 por cien para lesiones asociadas al VPH-16/18 y del 72 por ciento para lesiones independientes del tipo viral.
Las concentraciones de anticuerpos frente a los dos principales tipos de virus seguían siendo varias veces superiores entre los individuos vacunados de lo que sería tras una infección natural por VPH. Los datos sobre seguridad eran similares entre los grupos: durante el estudio del seguimiento, un 8 por ciento de las participantes informaron sobre un episodio adverso en el grupo de vacunación frente a un 10 por ciento en el grupo placebo. Ninguno se clasificó como asociado a la vacunación ni se produjeron muertes.
Los autores señalan que la población del estudio estuvo expuesta continuamente a infecciones por VPH, tal y como indicaban los aumentos continuos de casos de lesiones precancerosas en el grupo placebo, mostrando que la vacuna ofrece protección continua y que la eficacia no decae durante los 6,4 años posteriores a la vacunación. La eficacia de la vacuna contra la infección persistente con VPH-16/18 siguió siendo del 100 por cien, concluyen.
Además, los investigadores destacan que la eficacia de la vacuna se consiguió frente a la infección incidental con VPH-31 y VPH-45, otros dos tipos de VPH que producen cáncer asociados a VPH-16 y VPH-18, respectivamente.
En términos de salud pública, los autores indican que las adolescentes antes de su primera experiencia sexual son el principal grupo a inmunizar debido a que son las más propensas a beneficiarse de los programas de vacunación. La fuerza del estudio se basa precisamente, según subrayan los investigadores, en que se realizó en mujeres que no habían sufrido una infección anterior por VPH en el momento de la vacunación.