BARCELONA 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
La prohibición total de fumar en locales de ocio en España penalizará especialmente a los cerca de 70.000 establecimientos que realizaron reformas por valor de unos 1.500 millones de euros para adaptarse a la normativa que entró en vigor en 2006, según criticó la Federación Española de Hostelería y Restauración.
En declaraciones a Europa Press, el vicepresidente de la federación, Gaietà Farràs, aseguró que cada uno de los locales que hicieron obras para establecer espacios propios para fumadores y otros libres de humo gastaron una media de entre 20.000 y 25.000 euros cada uno, unas inversiones que podrían caer en saco roto con el endurecimiento de la ley antitabaco en 2010.
Farràs lamentó que, en una entrevista mantenida con la ministra de Sanidad y Política Social hace cerca de un mes, ésta les dio a entender que no está previsto en el endurecimiento de la ley que se retorne a los locales la inversiones realizadas, bajo la premisa de que la separación de espacios fue voluntaria y los establecimientos, en realidad, podrían haber optado por prohibir el humo totalmente.
Los hosteleros, por su parte, cifraron en 15 millones los clientes fumadores que tienen, por lo que vaticinan que, en caso de desterrar para siempre los cigarrillos de sus bares y restaurantes, alrededor de 40.000 negocios deberán cerrar y se perderán unos 100.000 puestos de trabajo, aseguró Farràs, que también es el presidente del Gremio de Restauración de Barcelona.
La consellera de Salud de la Generalitat, Marina Geli, por su parte, apuntó esta semana que una buena solución podría ser el establecimiento de alguna especie de "moratoria fiscal" limitada en el tiempo para estos establecimientos.
Geli, partidaria del endurecimiento de la ley, aboga desde hace tiempo por prohibir totalmente el consumo de cigarrillos en bares y restaurantes por dos motivos: mejorar la salud laboral de los hosteleros, e impedir mezclar humo y comida.
EN EL AIRE LA VENTA DE TABACO
A falta de conocer el calendario concreto del endurecimiento de la ley antitabaco, el caballo de batalla de los hosteleros parece centrarse, más allá de hipotéticas compensaciones para los locales que realizaron reformas, en la posible supresión de las máquinas expendedoras de cigarrillos.
Farràs aseguró que permitir seguir vendiendo cigarrillos en los locales de ocio no compensará las pérdidas económicas que generaría dejar de fumar, porque en realidad a los restauradores no les interesa vender tabaco.
Según el vicepresidente de la federación, en los establecimientos de restauración de España existen unos 150.000 puntos de venta de tabaco, pero el margen de beneficio que se obtiene con ellos es tan pequeño, que no se vende como negocio sino como un "servicio al cliente". "Con la prohibición total optarán por no vender" cigarrillos, auguró Farràs.