El precio de la bolsa de la compra de uno de estos pacientes puede ser "hasta diez veces más caro"
MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los productos manufacturados sin gluten para celiacos suelen contener bastante cantidad de grasas y azúcares "para que sean más agradables al paladar", por lo que favorecen "la obesidad y el aumento del colesterol", según afirma la catedrática de Pediatría y jefe de servicio de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Universitario de La Paz de Madrid, la doctora Isabel Polanco.
Por ello, la experta, que ha participado en el 'V Simposio Internacional de Formación Continuada' de la Fundación Carlos Vázquez patrocinado por Nutribén, señala a Europa Press que estos alimentos no están recomendados "de manera habitual". A su juicio, "lo ideal es mezclarlos con una dieta equilibrada".
La patología celiaca "es un proceso autoinmune debido a una intolerancia permanente a la proteína gluten, y que se da en personas genéticamente predispuestas a padecer esta enfermedad", indica. Por ello, resume que para ser celiaco "hace falta tener esta predisposición y consumir gluten", aunque explica que hay personas que cumple estos dos requisitos "y no desarrollan la enfermedad".
También podrían favorecer que se desencadene la enfermedad celiaca "las infecciones intestinales o la ausencia de lactancia materna", sostiene. El gluten no se introduce en la alimentación de los bebés hasta los cuatro o seis meses de edad.
EXISTEN 800.000 CELIACOS EN ESPAÑA Y SÓLO 80.000 DIAGNOSTICADOS
Actualmente, la prevalencia de la enfermedad celiaca en España y en Europa es de "uno de cada 50 o 100 nacidos vivos", por lo que "es muy alta", afirma. Así, se calcula que existen unos 800.000 celiacos en el territorio nacional, de los cuales "sólo el 10 por ciento están diagnosticados", observa.
En este sentido, señala que éstos 80.000 "son los que tienen unas formas clínicas más clásicas de la enfermedad al haber participación digestiva", que tienen síntomas como "diarreas, flatulencias, sensación de plenitud gástrica o distensión abdominal". El resto tienen síntomas "completamente ajenos al aparato digestivo" como pueden ser las cefaleas, la infertilidad, la artritis o los abortos de repetición", asegura.
Además, si no se sigue la dieta indicada, se pueden producir complicaciones tales como "la osteoporosis o la anemia ferropénica", sostiene. Por ello, considera que es una enfermedad "camaleónica y muy variopinta", algo que "hace difícil el diagnóstico".
El único tratamiento existente hasta ahora es eliminar el gluten de la alimentación, por lo que los celiacos tienen que acudir a alimentos "mucho más caros", ya que la bolsa de la compra puede costar "hasta diez veces más", manifiesta Polanco. Además, señala que en una familia puede haber "dos, tres, cuatro y hasta cinco celiacos", algo que hace que "no todo el mundo" se pueda permitir comprar estos productos.
Con ellos, se sustituye a los equivalentes con gluten, como son "las galletas, el pan o las pastas italianas", indica. Sin embargo, los pacientes pueden tomar gran cantidad de alimentos sin ningún tipo de problema, entre los que cita a "la carne, el pescado, la fruta, la verdura, las legumbres, la hortaliza, la leche o el huevo".
LOS NIÑOS LA ACEPTAN BIEN SI LOS PADRES LO HACEN
Aún así, la experta reconoce que esta patología afecta a la calidad de vida "desde el punto de vista social", ya que comer fuera de casa "es un problema aunque ya haya cadenas de restaurantes que tienen menús sin gluten". Los que lo llevan mejor son los niños, que "la aceptan bastante bien siempre que los padres lo hagan a su vez", sostiene.
En cuanto a la investigación abierta en torno a esta patología, Polanco expone que se está investigando sobre la posibilidad de disponer de alguna vacuna para insensibilizar al celiaco "de la misma manera que un alérgico al polen se insensibiliza". Este proyecto se encuentra en fase de experimentación "y no está disponible para la práctica clínica", afirma.
Otro del que no se conoce aún demasiada información es el estudio europeo en el que participan el Hospital Universitario de La Paz, el Hospital La Fe de Valencia y el Hospital de Reus en Tarragona, por el que se busca "la prevención primaria en niños de alto riesgo a través de una intervención nutricional", explica.
En concreto, la idea es introducir gluten en la dieta del bebé a partir de los cuatro meses, en pequeñas cantidades y conjuntamente con la lactancia materna. Con ello, "se podría prevenir la aparición de la enfermedad en individuos genéticamente predispuestos", concluye Polanco.