MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los primeros síntomas de la COVID-19 no pueden diferenciarse claramente de los efectos secundarios de la vacuna, según un estudio publicado en la revista 'eClinical Medicine' y dirigido por el King's College de Londres (Reino Unido).
En base a estos hallazgos, los investigadores recomiendan que si las personas muestran síntomas de COVID-19 después de la vacunación, se queden en casa y se hagan una prueba.
El estudio analizó los datos de 362.770 usuarios del Reino Unido que habían sido vacunados entre el 8 de diciembre de 2020 y el 17 de mayo de 2021 y que posteriormente informaron de al menos un síntoma asociado a la COVID-19 en la primera semana de la vacunación. De ellos, 14.842 personas se sometieron a una prueba de PCR o de flujo lateral; y 150 personas informaron posteriormente de que eran positivas a COVID-19.
Para identificar la diferencia entre los efectos secundarios tempranos de la COVID-19 y los posteriores a la vacunación, los científicos utilizaron modelos tradicionales de aprendizaje automático para revisar una lista completa de síntomas asociados a la COVID-19. También analizaron los datos utilizando sólo los tres síntomas principales de fiebre alta, nueva tos continua y pérdida/cambio del sentido del olfato.
Los modelos fueron incapaces de diferenciar de forma clínicamente útil los síntomas de las personas con infección confirmada por COVID-19 de los síntomas debidos únicamente a la vacunación. En pocas palabras, no había forma de saber si los síntomas como el dolor de cabeza, la fiebre, la fatiga o los dolores generales se debían a la vacunación o a la aparición de COVID-19 en la primera semana después de la inyección, a menos que se realizara una prueba.
"La vacunación sigue siendo extremadamente importante, para ayudar a protegerse a sí mismo, a su familia y a su comunidad de COVID-19. Sin embargo, si tiene síntomas después, no debe suponer que se trata sólo de efectos secundarios de la vacunación, aunque, afortunadamente, éste sea el resultado más probable. Debes comprobar que no tienes COVID-19 precoz, haciéndote las pruebas", ha comentado la líder de la investigación, la profesora Emma Duncan.