MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
El ejercicio físico puede generar lesiones del aparato locomotor y un riesgo cardiovascular, pero sus beneficios para la salud superan estos riesgos, pues mantenerse activo es útil para prevenir la mortalidad prematura, la cardiopatía isquémica, la enfermedad cerebrovascular, la hipertensión, los cánceres de colon y mama, la diabetes mellitus tipo 2, el síndrome metabólico o la depresión.
Así lo ha demostrado un trabajo del Hospital Transfronterizo de Puigcerdà y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Girona, publicado en 'Medicina Clínica'. Para obtener estos beneficios --que se dan en ambos sexos y aumentan con el volumen e intensidad del ejercicio-- aconsejan ejercicio moderado al menos media hora 5 días a la semana o ejercicio intenso al menos 20 minutos 3 días por semana.
Según esta investigación, recogida por Europa Press, la actividad moderada durante al menos media hora la mayor parte de los días de la semana reduce un 31 por ciento el riesgo de mortalidad. Así lo puso de manifiesto una revisión sistemática de cerca de 1,5 millón de individuos seguidos durante unos 11 años.
Asimismo, la incidencia de enfermedad cardiovascular baja un 33 por ciento entre quienes practican una actividad moderada con la misma frecuencia, según una revisión con cerca de 726.000 participantes y un seguimiento de 14 años.
"Algunos estudios muestran que incluso una actividad ligera puede reducir el riesgo cardiovascular. Caminar una hora semanal redujo un 50% el riesgo de enfermedad coronaria y una sola sesión semanal de ejercicio intenso redujo la mortalidad cardiovascular un 39% en hombres y un 51% en mujeres", apuntan.
Además, el riesgo de accidente cerebrovascular baja un 31 por ciento con el ejercicio moderado, según una revisión con casi 480.000 participantes seguidos durante 13 años. También se acorta un 32 por ciento el riesgo de accidente cerebrovascular, como lo muestra una revisión con 112.000 pacientes a ocho años.
En relación al cáncer, en una revisión con 1,4 millones de pacientes seguidos a 10 años, se vio una reducción del 30 por ciento en la incidencia del cáncer de colon dentro del grupo más activo. Otra revisión, esta vez sobre 1,8 millones de pacientes seguidas a 10 años, se observó una reducción de la incidencia del cáncer de mama del 20 al 40 por ciento en el grupo más activo.
Por otra parte, el ejercicio logró una reducción del 42 por ciento en la incidencia de diabetes tipo 2 en una revisión sistemática de 624.000 pacientes seguidos durante unos nueve años. También es útil para prevenir el síndrome metabólico y el ejercicio moderado ayuda a mantener el peso, no tanto a perderlo.
De la misma forma, la actividad física moderada reduce la prevalencia de osteoporosis y en un 17 por ciento la incidencia de fracturas. Según una revisión con 4.100 pacientes, este nivel de ejercicio redujo el dolor y la discapacidad derivadas de la artrosis, sobre todo en el caso de la artrosis de rodilla.
También es eficaz a la hora de reducir el riego de limitación funcional y discapacidad física, bajándolo en entre un 30 y un 50 por ciento. Asimismo, un programa de ejercicios de fuerza y equilibrio mejora la función física y reduce el riesgo de caída entre un 11 y un 40 por ciento.
Además, baja el riesgo de demencia y deterioro cognitivo en mayores de 65 años. Asimismo, cualquier forma de actividad física diaria reduce un 41 por ciento el riesgo de padecer trastornos psicológicos, según una revisión de 19.800 pacientes.
Sin embargo, los efectos adversos del ejercicio físico pueden ser el riesgo de lesiones del aparato locomotor y el riesgo cardiovascular. En concreto, siguiendo las recomendaciones mínimas de ejercicio, se produce una lesión por persona cada cuatro años. Otro riesgo es el cardiovascular, cuyas complicaciones más relevantes son la muerte súbita y el infarto agudo de miocardio. No obstante, según la conclusión de los expertos, "el beneficio del ejercicio supera a sus riesgos".