MADRID, 29 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad de Madrid (Copoma) advierte de que el intrusismo en la profesión "está a la orden del día" y de que "cada vez son más los establecimientos que ejercen prácticas que no cuentan con autenticidad sanitaria", algo que "supone un peligro para la población en general".
Según denuncian, estas injerencias en el ámbito de las competencias de los profesionales de podología vienen desde variados sectores empresariales, como centros sin acreditación para prestar servicios de podología, oficinas de farmacia o tiendas de deporte. "Además, son ampliamente frecuentes en centros de estética y otros lugares no aprovisionados para realizar una atención sanitaria", indican.
Asimismo, se ha detectado que muchas personas y establecimientos no especializados ofrecen tratamientos en los pies de carácter sanitario, sin garantizar las medidas de protección y seguridad adecuadas, tanto en establecimientos como en domicilios.
Por esta razón, desde Copoma advierten sobre los peligros que pueden ocasionar determinadas prácticas en los pies, con el objetivo de identificarlos y evitar así problemas que puedan llegar a afectar gravemente la salud.
Uno de ellos es la utilización de instrumentos punzantes y de corte. Aunque en los centros de estética pueden aplicar tratamientos estéticos en las uñas de los pies, no pueden en ningún caso utilizar instrumentos punzantes o de corte. Dichas herramientas son de destino exclusivamente sanitario, y el hecho de ser empleadas para otros fines estéticos por personas que no son profesionales de la podología, sin ninguna experiencia ni formación en su uso, "podría causar grandes daños que pueden llegar a ser irreparables", alertan desde la organización colegial.
En segundo lugar, avisan de la importancia de la esterilización de materiales. "Es frecuente que en ciertos establecimientos no se sigan los criterios de higiene adecuados; por ello, es esencial que prestemos atención al estado del instrumental utilizado, pues, en el caso de que los materiales no estén bien esterilizados, existe el riesgo de transmisión de infecciones o enfermedades", señalan.
Por otro lado, avisan de que "en ningún caso se debe dejar que personas que no son profesionales de la podología ejerzan ciertos tratamientos específicos sobre los pies". Un claro ejemplo, continúan, es el de la quiropodia, un tratamiento habitual para salvaguardar la salud en los pies y que debe llevarse a cabo por un profesional de la podología. "De no ser así, además de correr el riesgo de sufrir daños en nuestra piel, se corre el riesgo de provocar el empeoramiento de múltiples patologías como pudiera ser una onicocriptosis o uña encarnada", informan.
Otro ejemplo de actuaciones que se deben realizar por un especialista es la prescripción de plantillas podológicas tras un estudio biomecánico de la marcha y pisada del paciente cuando se diagnostique un problema de salud en los pies. "Este tipo de cuidados de salud nunca se podrían dar en centros deportivos o centros no sanitarios", advierten.
"Por otro lado, además de todo esto, debemos tener en cuenta que, en muchas ocasiones, la tecnología utilizada para diferentes tipos de tratamientos en centros no especializados está obsoleta y los resultados obtenidos no se corresponderán con lo que buscábamos", sentencian.
Así, con el fin de evitar "diagnósticos fraudulentos", tal y como expresan desde el Copoma, así como tratamientos que no se ajusten adecuadamente a las necesidades de los pacientes o malas prácticas que terminen convirtiéndose en problemas graves de salud, estos podólogos recomiendan no dejar los pies en manos de nadie que no sea un profesional de la podología.
Además, destacan que, para no descuidar la atención de la salud podológica, es importante acudir exclusivamente a la consulta de podología como mínimo una vez al año. Por otro lado, para evitar que el intrusismo siga creciendo en la profesión, desde Copoma piden denunciar cualquier acto sospechoso de intrusismo a través de su web.