MADRID, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
Cuando a las personas se les administra un anestésico, parecen perder el conocimiento, o al menos dejan de reaccionar ante su entorno. ¿Pero la conciencia se pierde completamente durante la anestesia o persiste la conciencia en el cerebro pero en un estado alterado?
Científicos de la Universidad de Turku y el Distrito Hospitalario del suroeste de Finlandia han demostrado con varias investigaciones que la consciencia no se pierde por completo durante la anestesia general, aunque la persona ya no reaccione a su entorno.
No obstante, según estos trabajos, las experiencias y pensamientos similares a los sueños todavía pueden flotar en la conciencia a pesar de la anestesia. Así el cerebro puede registrar el habla y tratar de descifrar las palabras, pero la persona no las comprenderá ni recordará conscientemente.
De este modo, se considera que el estado de inconsciencia inducido por los anestésicos puede ser similar al sueño natural. Mientras duermen, las personas sueñan y el cerebro observa inconscientemente que que ocurre y los estímulos en su entorno, por lo que la anestesia podría parecerse al sueño normal más de lo que se creía, según los autores.
El estudio, en colaboración con investigadores de la Universidad de Michigan, Ann Arbor, y la Universidad de California, Irvine, Estados Unidos, es un proyecto conjunto entre el grupo de investigación del profesor adjunto de Farmacología y anestesiólogo Harry Scheinin, que estudió los mecanismos de anestesia, y el grupo de investigación del profesor de Psicología Antti Revonsuo, que analizó la conciencia humana y el cerebro desde el punto de vista de la filosofía y la psicología.
Este proyecto de investigación conjunta bajo el título 'La mente consciente: integrando la fenomenología subjetiva con mediciones objetivas' estudió los mecanismos neurales de la conciencia humana y, para ello, se analizaron los cambios causados por los anestésicos controlándolos con electroencefalograma (EEG) y tomografía por emisión de positrones (PET). Sus resultados se han hecho públicos en cuatro publicaciones diferentes en los números de julio de las dos principales revistas de anestesiología.
En la primera parte del estudio, los participantes voluntarios sanos fueron anestesiados con dexmedetomidina o propofol. Los medicamentos se administraron con infusiones controladas por el objetivo impulsadas por computadora hasta que el sujeto apenas perdió capacidad de respuesta.
A partir de este estado, los sujetos podrían despertarse con ligeros temblores o una voz fuerte sin cambiar la infusión de drogas. Inmediatamente después de que los sujetos recuperaron la capacidad de respuesta, se les preguntó si habían experimentado algo durante el período de anestesia. Casi todos los participantes informaron de experiencias similares a un sueño que a veces se mezclaron con la realidad, explica el profesor Revonsuo.
A los sujetos se les dijeron frases en finlandés durante la anestesia, con la intención de comprobar si los sujetos detectaban y comprendían palabras u oraciones completas mientras estaban anestesiados.
Las respuestas en el EEG demostraron que el cerebro no puede diferenciar entre oraciones normales y oraciones extrañas, tipo 'el cielo nocturno se llenó de tomates brillantes', cuando está bajo anestesia. Además, después de despertar no recordaron las oraciones que habían escuchado. Los resultados fueron los mismos con ambos anestésicos, según ha relatado la investigadora principal, la profesora adjunta Katja Valli.
Los sujetos también escucharon sonidos desagradables durante la anestesia. Después de que los sujetos se despertaron, los sonidos se tocaron nuevamente y, sorprendentemente, reaccionaron más rápido a estos sonidos que a sonidos nuevos que no habían escuchado antes.
En otras palabras, el cerebro puede procesar sonidos y palabras aunque el sujeto no lo recuerde después. En contra de la creencia común, la anestesia no requiere pérdida total de la conciencia, ya que es suficiente para desconectar al paciente del entorno, explica doctor Scheinin.
El proyecto también estudió los efectos de cuatro anestésicos diferentes en el metabolismo regional de la glucosa cerebral con imágenes PET. Los hallazgos aliviaron la preocupación por los posibles efectos nocivos de la dexmedetomidina en la relación del flujo sanguíneo cerebral y el metabolismo. En el futuro, el proyecto analizará más a fondo la asociación entre el flujo sanguíneo cerebral o el metabolismo y el estado de conciencia.