MADRID 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los beneficios de los ácidos grasos omega 3 presentes en el pescado aumentan si éste se consume asado o hervido, en vez de frito, salteado o seco, y aún pueden ser mayores si se utiliza salsa de soja baja en sodio o tofu, según un estudio de la Universidad de Hawaii en Manoa. Los resultados del estudio se han hecho públicos durante la reunión anual de la Asociación Americana del Corazón que se celebra en Orlando (Estados Unidos).
Según explica Lixin Meng, director del estudio, "parece que hervir o asar el pescado con salsa de soja baja en sodio y tofu es beneficioso, mientras que comerlo frito, salteado o seco no". En realidad, el investigador plantea que estos métodos de preparación podrían contribuir al riesgo. "No comparamos de forma directa el pescado hervido o asado frente al frito, pero se puede decir de los riesgos, que hervido o asado es la vía protectora pero no el pescado frito", añade Meng.
Los descubrimientos también sugieren que los beneficios cardioprotectores varían por género y etnia, quizás debido a los métodos de preparación, la susceptibilidad genética o los factores hormonales. Muchos estudios han sugerido que comer ácidos grasos omega 3 reduce el riesgo de enfermedad cardiaca, sin embargo, se sabe poco sobre qué fuente es la más beneficiosa.
Los investigadores examinaron la fuente, tipo, cantidad y frecuencia del consumo en la dieta de omega-3 entre grupos por género y etnia. Los participantes formaban parte de una Cohorte Multiétnica que vivía en Hawai y el condado de Los Ángeles cuando fueron reclutados entre 1993 y 1996. El grupo lo integraban 82.243 hombres y 103.884 mujeres con ascendencia afroamericana, caucasiana, japonesa, hawaiana y latina con edades entre los 45 y los 75 años y sin antecedentes de enfermedad cardiaca.
Los investigadores dividieron su consumo de latas de atún y otros pescados, excluyendo moluscos o productos de soja que contuvieran omega-3 en quintiles, cuartiles o tertiles según fuera aplicable. Los autores también preguntaron sobre los métodos de preparación: crudo, asado, hervido, frito, salteado o seco. Los que se encontraban en el quintil más alto consumían una media de 3,3 gramos de ácidos grasos omega 3 al día y los del quintil más bajo una media de 0,8 gramos.
El consumo de omega-3 se asoció de forma inversa con el riesgo global de muerte por enfermedad cardiaca en hombres, una tendencia observada sobre todo en caucásicos, japoneses y latinos. Sin embargo, los investigadores señalan que no existían muchos negros o hawaianos en el estudio, por lo que los resultados deberían interpretarse con precaución.
"Claramente, estamos viendo que a mayor consumo en la dieta de omega-3 menor es el riesgo de morir por enfermedad cardiaca entre los hombres", afirma Meng. En el caso de las mujeres, el efecto del omega-3 era cardioprotector según cada nivel de consumo pero no de forma significativa, añade el investigador. El pescado salteado y seco era un factor de riesgo en las mujeres.
En contraste, añadir menos de 1,1 gramos al día de salsa de soja y salsa teriyaki a la cena protegía a los hombres pero no si se tomaba más de esta cantidad. Para las mujeres, el uso de la salsa de soja mostraba una clara relación inversa en relación a la mortalidad por enfermedad cardiaca. Los investigadores señalan que la salsa de soja alta en sodio puede elevar la presión sanguínea, por lo que recomiendan los bajos niveles de este componente. El consumo de tofu también tenía un efecto cardioprotector en todos los grupos étnicos.
"Mi duda es si en el caso de las mujeres tomar omega-3 procedente de la salsa de soja y el tofu que contiene otros ingredientes activos como los fitoestrógenos podría tener un mayor efecto cardioprotector que comer sólo omega-3", concluye Meng, que señala que serán necesarios futuros estudios para confirmar esta hipótesis.