MADRID 1 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación de la Universidad de California, (Estados Unidos) que buscaba responder a la pregunta de si las personas más altas pueden ser más propensas al cáncer porque tienen más células finalmente ha obtenido una respuesta afirmativa, como un factor de riesgo adicional a otros como la edad o factores externos, como la nutrición, las condiciones sociales o el entorno. La razón , en parte, se debe a que, al ser más alto, el organismo cuenta con más células, lo que incrementa el riesgo potencial de desarrollar un cáncer, aunque unos más que otros.
El estudio, realizado por el biólogo evolutivo de la Universidad de California en Riverside Leonard Nunney, examinó datos de cuatro proyectos de vigilancia a gran escala en 23 categorías de cáncer. Cada uno de estos estudios reveló que las personas altas tienen un mayor riesgo de cáncer. Además, el riesgo general aumenta en un 10 por ciento por cada 10 centímetros de aumento en la altura.
Otros investigadores habían propuesto que los factores que influyen en el desarrollo posterior de cáncer a lo largo de la vida, como la alimentación o las condiciones sociales, lo hacen independientemente de la altura de los individuos, algo con lo que Nunney no estaba de acuerdo.
"Probé la hipótesis alternativa de que la altura aumenta el número de células y que tener más células aumenta directamente el riesgo de cáncer --razona el biólogo--. Los datos apoyaron firmemente esta simple hipótesis. Para la mayoría de los cánceres, el tamaño del efecto de altura es predecible a partir del aumento relacionado con la altura en el número de células". Los resultados han sido publicadas en la revista 'Proceedings of the Royal Society B'.
Cuando Nunney realizó una comparación del efecto observado de la altura en el riesgo de cánceres específicos tanto para mujeres como para hombres, descubrió que el efecto de ser alto en el riesgo de cáncer de tiroides y piel era alto en mujeres, mientras que para los hombres era más relevante en el cáncer de piel.
"Los individuos altos tienen un mayor riesgo de casi todos los cánceres --precisa el autor del estudio--. Pero los cánceres de piel, como el melanoma, muestran una relación inesperadamente fuerte con la altura. Esto puede deberse a que la hormona IGF-1 se encuentra en niveles más elevados en adultos más altos".
El IGF-1 es un factor de crecimiento que es particularmente importante en el desarrollo temprano, explica Nunney, pero también se le ha relacionado con una mayor tasa de división celular en adultos altos. "Si sus células se dividen con más frecuencia, eso aumenta el riesgo de cáncer --recuerda--. Si las células de la piel se dividen más rápidamente en personas altas debido a los altos niveles de IGF-1, esto podría explicar el mayor riesgo de melanoma".
De los 18 cánceres con puntuación en ambos sexos, Nunney encontró que solo cuatro no mostraron un aumento significativo con la altura en ninguno de los dos sexos: páncreas, esófago, estómago y boca. "Es posible que estos cánceres estén más asociados con factores ambientales. O que en estos tejidos el número de células no se aumente con el tamaño del cuerpo, aunque esto parece poco probable".
En este sentido, explica que dos factores causan un mayor riesgo de cáncer en las personas de estatura elevada: por un lado tienen más células y, por otro, tienen más divisiones celulares. "Si duplicas las células, duplicas el riesgo de cáncer. Pero si se duplica el número de divisiones celulares, más que se duplica el riesgo de cáncer. Vivir mucho tiempo es lo peor que puede hacer si quiere evitar el cáncer. Pero, ¿cuál es la alternativa?", se pregunta.
Los hombres son más altos que las mujeres en promedio, lo que puede explicar por qué los hombres padecen más cáncer. "Alrededor de un tercio de este efecto puede deberse a que los hombres tienen más células, pero algo más tiene que explicar el resto".
En las razas de perros también se ha demostrado el vínculo del cáncer con la altura: "Los perros más pequeños tienen menos cáncer que los grandes", recuerda.
A continuación, Nunney planea explorar cómo se previenen los diferentes tipos de cáncer en el cuerpo al observar animales grandes y longevos. "Si todo lo demás es igual, los animales grandes y longevos deberían experimentar una mayor incidencia de cáncer que los animales pequeños que viven menos".
"Después de todo --añade--, los animales más grandes tienen más células, más divisiones y más mutaciones. Pero no muestran tal tendencia a ser más propensos al cáncer. Esto se llama la 'paradoja de Peto', y sostengo que se puede resolver a través de la evolución adaptativa, es decir, esa especie sujeta a la selección de mayor tamaño corporal y mayor longevidad, evolucionan hacia niveles adicionales de supresión del cáncer. Me interesa explorar cómo, a medida que una especie crece y vive más, desarrolla barreras adicionales para el cáncer".