MADRID 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la organización Médicos por los Derechos Humanos y el ejército de los Estados Unidos señala que el personal médico de Guantánamo no cumplió con su deber en la atención física y psicológica a los detenidos. Los resultados del trabajo, que se refiere a los casos de nueve detenidos, se publica en la revista 'The PLoS Medicine'.
Los autores concluyen en su estudio que la inspección de registros médicos, archivos de casos y actas notariales legales proporciona evidencias convincentes de que el personal médico que trataba a los detenidos en la prisión de Guantánamo (GTMO) no investigó o documentó las causas de las lesiones físicas y los síntomas psicológicos que observaron en los detenidos.
Vincent Iacopino, asesor médico senior de Médicos por los Derechos Humanos y Stephen Xenakis, Brigadier General retirado del ejército de los Estados Unidos, autores del estudio, revisaron registros médicos de Guantámo y archivos de casos relevantes de nueve individuos, buscando evidencias de tortura y tratamiento de enfermedades y su documentación realizados por el personal médico.
En todos los casos, los detenidos informaron de métodos de interrogación abusivos que reunían los criterios de tortura de la Convención contra la Tortura de la ONU, así como la definición más restrictiva de tortura de los Estados Unidos, que se conoce como 'técnicas de interrogatorio intensificado' y que estaban vigentes en el momento.
Ejemplos de tortura que los detenidos soportaron incluían graves golpes que provocaban roturas óseas, agresión sexual y o amenaza de violación, ejecución simulada y métodos de asfixia por agua cercanos al ahogamiento. Los detenidos también eran sometidos a técnicas de interrogatorio intensificado que incluían deprivación del sueño, exposición a temperaturas extremas, amenazas graves, posiciones forzadas, golpes y desnudez forzada.
Las evaluaciones médicas realizadas por expertos forenses no gubernamentales en cada caso reveló que las alegaciones específicas de tortura realizadas por los detenidos y el tratamiento de la enfermedad eran muy consistentes con las evidencias físicas y psicológicas documentadas en los registros médicos.
Sin embargo, a pesar del registro de los síntomas físicos y psicológicos de las lesiones, el personal médico del Departamento de Defensa (DoD) que trató a los detenidos en Guantánamo no realizó investigaciones sobre las causas de estas lesiones o síntomas. Además, los síntomas psicológicos que siguieron a los interrogatorios se atribuían por lo general a 'trastornos de personalidad' y 'estresores de rutina derivados del confinamiento' y no se atribuían de forma razonable a las circunstancias y presiones impuestas durante las sesiones de interrogatorios.
La información médica fue presuntamente accesible a los interrogadores, ya que un detenido observó que sus registros médicos y "su dolor crónico de espalda fue aprovechado en los interrogatorios con el uso de posiciones estresantes dolorosas prolongadas".
Aunque los descubrimientos se limitan a sólo nueve casos, el estudio muestra que las alegaciones de tortura o tratamiento de enfermedad realizadas por los nueve detenidos se corroboraban con las evaluaciones forenses. Se hace además aparente que, al menos en estos casos, quienes proporcionaron la atención de salud médica y mental en Guantánamo fallaron en su deber médico básico hacia los detenidos.
Los autores concluyen que "la total extensión de la complicidad médica en las prácticas de tortura estadounidenses no se conocerá hasta que exista una investigación imparcial a fondo que incluya la información relevante clasificada".