Las pérdidas de productividad por baja laboral representan el 67% de los costes de la depresión en España

Depresión, Catatonia
Depresión, Catatonia - GETTY - Archivo
Publicado: martes, 19 enero 2021 16:51


MADRID, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -

Las pérdidas de productividad por bajas laborales y prematuras representan el 67 por ciento de los costes totales de la depresión en España, según los datos recogidos en el 'Libro Blanco de la Depresión y el Suicidio'.

Asimismo, diferentes trabajos recientes cifran en 6.000 millones de euros el coste total de la depresión en nuestro país, y datos del Ministerio de Sanidad registran que, solo en 2018, en la Comunidad de Madrid más de 1.000 pacientes con Trastorno de Depresión Mayor (TDM) fueron hospitalizados, con una estancia media de más de 15 días y un coste medio de 5.492 euros.

Estos datos se han expuesto durante la celebración del foro virtual 'Depresión y suicidio' en la Comunidad de Madrid, donde se ha debatido acerca de la situación actual y se ha presentado el 'Libro Blanco Depresión y suicidio 2020. Documento estratégico para la promoción de la Salud Mental', impulsado por la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), con el apoyo de Janssen.

"Esta enfermedad es una de las principales causas de baja laboral en nuestro país y, por tanto, uno de los principales motivos de falta de productividad y coste económico. Invertir en programas de detección precoz, no solo haría que disminuyesen los cuadros graves de esta enfermedad, sino que también podría reducir los costes asociados a esta enfermedad", ha subrayado el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), Celso Arango.

Según Juan José Carballo, psiquiatra adjunto del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente en el Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, el impacto de esta enfermedad no está solamente vinculado a los costes sanitarios, sino que, además, se han de tener en cuenta otras de sus consecuencias, como la mortalidad prematura por suicidio, o el impacto en la unidad familiar.

"Para poder hacer frente a estos obstáculos y favorecer una atención más eficaz, necesitamos una estrategia de salud mental que cuente con un plan integral y multisectorial de prevención para que las respuestas nacionales sean más eficaces y pueda hacer frente a problemáticas como la falta de recursos en investigación y de personal sanitario capacitado", ha resaltado.

FLEXIBILIDAD, INNOVACIÓN Y DETECCIÓN TEMPRANA PARA ENFRENTAR LAS CIFRAS

La prevalencia de la depresión puede variar en función de las poblaciones de estudio y los criterios diagnósticos aplicados. Según la última Encuesta Nacional de Salud, llevada a cabo en nuestro país en el año 2017, un 6,68 por ciento de la población española y un 4,72 por ciento de la población madrileña había recibido un diagnóstico de depresión en los 12 meses anteriores al estudio.

Para el doctor Arango, disponer de una mayor capacidad de flexibilidad e innovación es fundamental para poder reconstruir y mejorar los modelos de atención a la salud mental. "Agilizar los procesos para que el paciente llegue antes a la consulta especializada es, ahora más que nunca, una medida clave para retomar el pulso de la detección temprana y conseguir estabilizar las cifras de prevalencia y también para hacer frente a la nueva ola de casos asociada a las consecuencias de la COVID-19", ha apuntado.

Por su parte, el doctor Carballo ha recordado que la pandemia por el coronavirus está siendo un momento particularmente difícil para la sociedad y, en especial, para niños, adolescentes y personas con necesidades especiales o con experiencias de trauma o maltrato. "Es de vital importancia que los pacientes puedan acceder a consultas para mantener los tratamientos y continuar trabajando en la detección temprana de casos para evitar las consecuencias a largo plazo", ha insistido.

Los expertos han coincidido en que es imprescindible que la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud se actualice tras casi una década sin hacerlo, vertebrando y definiendo objetivos comunes y visibilizando esta necesidad prioritaria con un abordaje auténticamente biopsicosocial equilibrado.