CHICAGO, 12 Dic. (OTR/PRESS) -
Muchos de los pacientes enfermos de Parkinson pierden su sentido de olfato mucho antes el inicio de otros síntomas que, quizás, se consideran más característicos de esta dolencia, como temblores, la pérdida de habilidad, problemas en el habla o pérdida de memoria. Ahora, un grupo de expertos ha decidido estudiar la posibilidad de que la pérdida del sentido del olfato sea una reacción del cuerpo para alertar de la presencia de esta enfermedad. De este modo, sería un gran avance para las futuras generaciones que puedan padecer esta enfermedad ya que se podría detectar de manera temprana y tratar, al menos, los síntomas más molestos.
Expertos del Northwestern Memorial Hospital y de la Northwestern University's Feinberg han participado en un estudio para determinar una posible relación entre la pérdida de olfato y el Parkinson de modo que se convirtiera en un instrumento para que los médicos pudieran llevar a cabo una temprana detección de esta enfermedad, consecuencia de un prematuro envejecimiento las células que producen dopamina en el cerebro, y que, según los facultativos seguirá creciendo el número de afectados en los próximos años.
Según los datos facilitados por este estudio, recogido por otr/press, el Parkinson suele diagnosticarse en la mayoría de los casos cuando el enfermo ha experimentado una pérdida entre el 60 y el 70 por ciento de células productoras de dopamina y esto se debe a que "se conoce muy poco acerca de las primeras etapas de esta dolencia" según explicó Tanya Simuni, directora del departamento de enfermedades del Northwestern Memorial Hospital, quien añadió que por ello, actualmente están realizando pruebas sobre el sentido del olfato esperando desarrollar un sistema que identifique la presencia de Parkinson antes de que se desarrolle en síntomas más problemáticos".
LAS PRUEBAS
Para ellos están evaluando a 7.500 parientes de enfermo, unas pruebas que se seguirán hasta dentro de los próximos 3 y 5 años. Se ha elegido a parientes ya que los estudios realizados demuestran que miembros de la familia del paciente en primer grado como madres, padres, hermanos o hijos, tienen una probabilidad algo mayor de desarrollar la enfermedad. La muestra incluye a los familiares mayores de 50 años, ya que la edad es también un factor de riesgo a la hora de padecerla.
En concreto, los participantes deberán realizar pruebas de aspiración acompañada por un cuestionario breve para que debe ser completado desde casa y estas pruebas se realizarán de manera continuada, además de evaluaciones neurológicas. "Este estudio presenta una enorme oportunidad no sólo para conocer mejor las etapas iniciales de Parkinson, sino también para ayudar a generaciones futuras" dice el Doctor Simuni, integrante del equipo que lleva a cabo la investigación.