MADRID 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda que la edad de inicio en la vacuna triple vírica ----sarampión, rubéola y parotiditis-- sea a los 12 meses para evitar la expansión del virus, una medida que ya han adoptado todas las comunidades autónomas salvo cinco, que siguen administrándola a los 15 meses.
Se trata de una situación que, a juicio del doctor David Moreno, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la AEP, "no es la más adecuada en la actualidad, dados los casos que se pueden producir antes de llegar a los 15 meses de edad, lo que también facilita la expansión del virus".
Precisamente, el adelanto de la primera dosis de esta vacuna a los 12 meses de vida es una de las recomendaciones destacadas que siguen apareciendo en el calendario de vacunación 2013 elaborado por el Comité Asesor de Vacunas de la AEP.
Además, se incide también en administrar la segunda dosis entre los 2 y los 3 años de edad, preferentemente durante el segundo año. "Sabemos que la administración de esta segunda dosis precozmente como recomendamos, al tiempo que aumenta la inmunogenicidad de la vacuna, disminuye las posibilidades de que algunos niños no lleguen a vacunarse, situación que ocurre de manera más frecuente cuando la administración de esta vacuna se realiza entre los 3 y 6 años", ha dicho.
VACUNAS CONTRA EL VPH y NEUMOCOCO
Por otro lado, el calendario 2013 también destaca la importancia de vacunar de manera activa frente al virus del papiloma humano (VPH) a las niñas de 11 a 14 años, aunque sugiere adelantar la inmunización lo antes posible, sobre todo a los 11 años, con el fin de que aumente la cobertura, puesto que más de la mitad de las regiones registran aún una escasa tasa de vacunación.
Este año, los expertos del Comité Asesor de Vacunas se reafirman en la necesidad de incluir la vacunación frente al neumococo en el calendario de vacunación sistemático, reiteran su rechazo a decisiones como la de la Comunidad de Madrid, que hace unos meses decidió dejar de financiar la vacuna.
Este tipo de medidas, a juicio del doctor Moreno, "suponen un retroceso en el control de las infecciones neumocócicas de los niños y de los adultos, y se prevé que se revierta el descenso de la enfermedad neumocócica, así como la inmunidad de grupo conseguidas tras el inicio de la vacunación sistemática en el año 2006 en esta comunidad autónoma".
NIVELES DE RECOMENDACIÓN
Por otro lado, el Calendario de Vacunaciones de la AEP establece como vacunas sistemáticas aquellas que todos los niños deberían recibir y que, por tanto, deberían ser financiadas por el Sistema Nacional de Salud (SNS). En este apartado se incluyen la vacuna frente a la hepatitis B, la difteria, el tétanos, la tos ferina, la poliomielitis, el Haemophilus influenzae tipo b, el meningococo C, el neumococo, el sarampión, la rubeola y la parotiditis y el virus del papiloma humano.
Por otro lado, ante el aumento en los últimos años de casos de infecciones neumocócicas y meningocócicas, se abre la posibilidad de adelantar igualmente la dosis de refuerzo de estas vacunas. Así, se establece una horquilla de vacunación de esta dosis de refuerzo frente al meningococo C y al neumococo entre los 12 y los 15 meses.
En el caso de que las circunstancias epidemiológicas lo exigieran, los expertos aconsejan otra dosis de refuerzo frente al meningococo C a los 11 años de edad para aquellos niños que no tengan, al menos, una dosis administrada a partir de los 12 meses.
El segundo nivel lo constituyen las denominadas vacunas recomendadas, es decir, aquellas que pueden ser priorizadas en función de los recursos para su financiación pública. En este apartado figuran la vacuna frente al rotavirus y la vacunación universal frente a la varicela en niños, a partir de los 12 meses.
El tercer nivel lo forman las vacunas recomendadas a grupos de riesgo, como las de la gripe estacional y la de la hepatitis A. En el caso de la gripe para aquellos niños que puedan desarrollar formas graves de la infección, complicaciones o sufrir una mayor mortalidad a consecuencia de otras dolencias que padezcan, y en el caso de la hepatitis A, en los que vayan a viajar a países de endemicidad intermedia o alta de este patógeno, residentes en instituciones cerradas y receptores de hemoderivados de forma reiterada, entre otras circunstancias.