MADRID, 1 May. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores del Instituto Hotchkiss Brain (HBI, en sus siglas en inglés) de la Universidad de Calgary, en Canadá, han descubierto que la producción de las células del cerebro adulto puede ser determinada, en parte, por el entorno parental temprano, lo que sugiere que la doble paternidad puede ser más beneficioso que los padres solteros. En su estudio con ratones, vieron que la paternidad y el medio ambiente afectan directamente en la producción de células cerebrales.
Los autores creen que aunque todavía no se sabe, es posible que haya efectos similares en otros mamíferos, tales como seres humanos. Los científicos estudiaron crías de ratón y encontraron que la producción de células en el cerebro adulto puede ser provocada por experiencias tempranas de la vida, además de que el aumento de la producción de células cerebrales en adultos varía según el sexo.
Así, las crías hembras con dos padres habían mejorado la producción de materia blanca mejor que los adultos, lo que aumenta la coordinación motora y la sociabilidad y los cahorros machos criados por padres duales muestran más producción de materia gris en la edad adulta, lo que mejora el aprendizaje y la memoria, según los resultados, publicados en 'Plos One'.
"Nuestro nuevo trabajo se suma a un creciente cuerpo de conocimientos, lo que indica que las primeras experiencias de apoyo tienen un impacto duradero y positivo en la función del cerebro adulto", destaca Samuel Weiss, autor principal del estudio y director del HBI.
Sorprendentemente, estas ventajas de los padres se pasaron cuando los ratones se reprodujeron, incluso si su descendencia fue criada sólo por una hembra, por lo que se transmitieron las ventajas de la doble paternidad a la siguiente generación.
Para realizar el estudio, los científicos dividieron a los roedores en tres grupos: cachorros criados a la edad adulta por un progenitor; hembras cachorros llevadas hasta la edad adulta por una hembra y un macho, y cachorros cuidados hasta la madurez por dos hembras. Los investigadores esperaron que la descendencia llegara a la edad adulta para saber si había algún impacto en la producción de células cerebrales.