Patarroyo no pone fecha al ensayo en humanos de su vacuna contra la malaria que esperaba tener lista para 2016

Actualizado: jueves, 15 noviembre 2012 17:10

MADRID 15 Nov. (EUROPA PRESS) -

El científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo no ha podido concretar para cuándo pondrá en marcha el ensayo en humanos de su vacuna contra la malaria, que inicialmente esperaba tener lista para 2016, ha señalado este jueves tras una conferencia magistral impartida en el Instituto de Salud Carlos III.

Según ha explicado, son varios los motivos aunque quizá el más trascendente es la paralización del ensayo en monos después de que el pasado mes de julio, una sentencia de la justicia colombiana le impidiera seguir inoculando en monos amazónicos su vacuna sintética contra la malaria, conocida como 'Colfavac', tras ser acusado el investigador de tráfico de animales por utilizar monos capturados fuera de la frontera del país.

Sin embargo, asegura, con los ensayos "no se hace ningún daño ecológico, ni ninguna molestia", ya que al final de la investigación se cura al mono y se suelta. "Se liberan para mantener el equilibrio", ha añadido Patarroyo, quien destaca que así ocurre con el 95 por ciento de los micos.

Actualmente se mantienen el litigio, gracias al cual se encuentra con 700 primates inmovilizados en las instalaciones de su laboratorio, a los que no puede liberar pero que debe seguir manteniendo y que en estos momentos no le sirven para proseguir con la investigación. Respecto al motivo de la denuncia --que proviene de grupos ecologistas, según él, financiados por empresas inglesas--, le lleva a lanzar la hipótesis de posibles intereses comerciales.

Por otra parte, la vacuna que tiene una efectividad del 90 por ciento comprobada ya en monos, a su juicio, no puede empezar a ser ensayada en humanos, aunque "se sabe que tiene una seguridad comprobada en monos y cobayas", porque no es su forma de trabajar; él quiere una inmunidad total, algo que no consiguió con la SPF66 -- su anterior vacuna contra el parásito- que "pudo haber sido mejor".

Para ello ha anunciado que se va a dar uno o dos años, para seguir trabajando, el problema, afirma, "no se han podido seguir los estudios desde julio", ya que le faltan los monos aotus, su modelo animal con el que puede experimentar "sin sacrificar al animal".

No obstante, no en estos años pretende seguir trabajando, no solo por encontrar una vacuna contra la malaria que dé una inmunidad total, sino por afianzar lo que parece haber encontrado: "una metodología lógica y racial para el desarrollo de vacunas".

Patarroyo, con más de 35 años como investigador a la espalda, se ve movido a seguir trabajando por su "compromiso con la humanidad"; además, su interés por la malaria, va más allá de combatir al mosquito que porta el parásito, ya que se trata de "extrapolar" la vacuna a otros parásitos que causan otras enfermedades infeccionas y trasmisibles.

Así se podría prevenir la mayoría de las enfermedades infecciosas como tuberculosis, papiloma humano, dengue, hepatitis C o lepra, "y así evitar millones de muertes en todo el planeta" ya que "hasta dos terceras partes de la población mundial sufre enfermedades infecciosas" y hasta el 98 por ciento de ellas no tienen una vacuna.

¿POR QUÉ LA MALARIA?

Durante la conferencia, Patarroyo ha recordado que seleccionar la malaria para poner en marcha el prototipo de vacuna fue premeditado. En primer lugar, "porque es uno de los problemas de salud pública más grandes", por su culpa mueren al año 1,2 millones de personas; en segundo lugar, "es una enfermedad modélica", es decir es aguda y de fácil diagnóstico; en tercer lugar, "es tratable y curable"; y, por último, es "experimentable".

Estos fueron los motivos que le llevaron a él y a su grupo de investigadores a comenzar en 1986 a trabajar sobre su primera vacuna la SPF66, que demostró, en estudios clínicos adelantados en países como Colombia, Venezuela, Ecuador, Brasil y Tanzania, que protegía a entre un 30 y un 60 por ciento de la población mayor de cinco años, siendo mucho más efectiva en niños de entre uno y cinco años.

Patarroyo, que ha dejado claro que "no trabaja con la especulación", decidió dejar a un lado la SPF66, que era "perfecta pero incompleta", y empezar a investigar un nuevo prototipo que le ha llevado a desarrollar una vacuna que "ajusta la molécula para tener una inmunización casi total", consigue anclarse de tal modo que la molécula es capaz de activar el sistema inmune para poder proteger; de algún modo trabaja modificando la estructura de los anticuerpos para conseguir que sea efectivo.