MADRID 25 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los cambios evolutivos en los virus revelan por qué las vacunas de la gripe estacional no protegen frente a la gripe H1N1 de 2009 y explicarían la inmunidad de los mayores ante este virus pandémico con similitudes importantes con el de la gripe española de 1918, según dos estudios que se publican esta semana en las revistas 'Science Translational Medicine' y 'Science' respectivamente.
En 'Science Translational Medicine', los investigadores muestran cómo el virus H1N1 es diferente de los virus de la gripe estacionales pero similar a la gripe 'española' pandémica que arrasó el planeta en 1918. Los descubrimientos son importantes para predecir cómo el H1N1 evolucionará en el futuro y proporcionan un modelo para el desarrollo de una vacuna preventiva que podría convertir los virus pandémicos en más manejables.
El equipo de Chih-Jen Wei, del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas estadounidense en Bethesda, inyectó a grupos de ratones los virus de la gripe estacional y pandémica tanto de 1918 y de 2009. Al analizar la respuesta inmune de los ratones a estos virus descubrieron que los anticuerpos desencadenados por la exposición a los virus pandémicos protegía a los ratones de las gripes de 2009 y 1918.
Se produjo sin embargo un resultado diferente con los anticuerpos de la gripe estacional: no tenían efecto protector sobre los virus pandémicos, aunque protegían contra la gripe estacional perfectamente. Estos resultados indican que los virus de 2009 y 1918 comparten elementos comunes que facilitan a los anticuerpos ofrecer una protección igual contra estos dos virus que en otros sentidos son distintos.
Los investigadores observaron que los anticuerpos que protegían con éxito contra la gripe pandémica se unían a la parte superior de la proteína de anclaje, una molécula letal que se sitúa en la superficie del virus y le ayuda a infectar las células. Además, las proteínas de anclaje de los virus de 1918 y 2009 eran muy similares.
Además, la proteína de anclaje de los virus de la gripe estacional tiene dos grupos de azúcar unidos a la proteína de anclaje que no tiene la gripe pandémica, estos grupos de azúcar son particularmente engañosos porque enmascaran al virus estacional y evitan que el sistema inmune lo reconozca. Este es un 'truco' evolutivo que la gripe estacional utiliza para evadir las vacunas que funcionan sobre la gripe pandémica.
Los resultados podrían también explicar la resistencia de las personas mayores al virus H1N1 presente. La exposición a un virus parecido al de 1918 durante su juventud significa que el sistema inmune de los mayores podría reconocer la proteína de anclaje de los virus de la gripe H1N1 de 2009 y por ello ser capaces de detener su habilidad para infectar las células.
En el estudio en 'Science' publicado en 'Science Express', la edición digital de la revista, un equipo dirigido por Rui Xu del Instituto de Investigación Scripps en La Jolla (Estados Unidos), utilizó estructuras de cristal para mostrar cómo los anticuerpos humanos se unen a la parte superior de la proteína de anclaje de los virus pandémicos de 1918 y 2009.
Los investigadores descubrieron que los anticuerpos humanos generados por los virus protegen de igual forma contra ambos virus. Al observar en mayor detalle, los investigadores descubrieron que los virus comparten una porción casi idéntica denominada epitope, una parte de la molécula que actúa como una etiqueta a la que se une un anticuerpo.
Los descubrimientos podrían explicar por qué las personas mayores, sobre todo aquellas mayores de 65 años, tienen una inmunidad preexistente al virus H1N1 de 2009.