MADRID 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
Cada año en Estados Unidos los gatos depositan alrededor de 1,2 millones de toneladas de heces en el medio ambiente, algo que puede ser un problema de salud pública enorme y poco apreciado, según alertan científicos en un artículo publicado este martes en la revista 'Trends in Parasitology'. En ellas, puede estar un parásito infeccioso llamado 'Toxoplasma gondii', un protozoo que ha causado recientemente epidemias de toxoplasmosis en personas saludables, no sólo en mujeres embarazadas o personas con deficiencias inmunológicas.
Otras preocupaciones han sido planteadas por estudios que relacionan 'T. gondii' a la esquizofrenia, el trastorno obsesivo-compulsivo, la artritis reumatoide, el cáncer de cerebro e incluso problemas para los niños en la escuela.
"La acumulación de ooquistes de 'Toxoplasma gondii', que se encuentra en las heces de gato, puede ser un problema mucho más grande de lo que pensamos, debido a su larga vida aparente y su asociación con algunas enfermedades", dijo E. Fuller Torrey, que dirige el Instituto de Investigación Médica Stanley, en Rockville, Maryland (Estados Unidos).
Se requiere un mejor control de la población de gatos y gatos salvajes, especialmente, y más investigación, según estos expertos. Las encuestas han demostrado que los patios traseros y las comunidades pueden albergar de entre tres a 400 ooquistes por pie cuadrado (0,09 metros cuadrados) o más en los lugares donde los gatos dejan con frecuencia sus heces y todos y cada uno de los ooquistes tienen el potencial de causar una infección.
En cuanto a los gatos, por lo general, se infectan al cazar y comer un ave infectada, un ratón u otros mamíferos pequeños, y esa infección, a continuación, se extienden alrededor de los ooquistes en la tierra, la hierba, el agua y otros lugares. Los dueños de los gatos no deben preocuparse mucho si sus gatos se quedan en casa, según Torrey.
Torrey y el coautor Robert Yolken, del Centro Médico de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland (Estados Unidos) recomiendan especial cuidado con los niños pequeños, que pueden tener el mayor riesgo. Pero añaden que no es necesario hacerse la prueba de detección de infección por toxoplasmosis a no ser que se esté embarazada, ya que calculan que el 15 por ciento de las personas tienen anticuerpos y que una persona que da positivo en un momento, puede dar un resultado negativo más adelante.