MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
Científicos estadounidenses han invertido anormalidades en la conducta y el cerebro de ratones adultos que se asemejan a algunas de las características de la esquizofrenia mediante la restauración de la expresión normal de un gen sospechoso de la patología que se sobreexpresa en seres humanos con esta enfermedad.
La orientación de la expresión del gen neuregulin1, que produce una proteína importante para el desarrollo del cerebro, puede ser prometedora para el tratamiento de al menos algunos pacientes con el trastorno del cerebro, según una investigación financiada por los Institutos Nacionales de Salud norteamericanos.
Al igual que los pacientes con esquizofrenia, los ratones adultos biogenéticamente diseñados para tener una mayor expresión de neuregulin 1 demostraron una reducción de los niveles de actividad del cerebro de los mensajeros químicos glutamato y GABA. Los roedores mostraron comportamientos relacionados con aspectos de la enfermedad humana, como interactuar menos con otros animales y fallar en tareas de pensamiento.
"Los déficits se invierten cuando se normalizó la expresión de neuregulin 1 en los animales que habían presentado síntomas, lo que sugiere que el daño que se produjo durante el desarrollo es recuperable en la edad adulta", explicó Lin Mei, de la Escuela Médica de 'Regents Georgia University', en Estados Unidos, quien informa de sus hallazgos en la edición de este miércoles de 'Neuron'.
"Si bien los modelos de ratón en realidad no puede hacer justicia a un complejo desorden cerebral que afecta nuestras características únicas más humanas, este estudio demuestra el potencial de diseccionar el funcionamiento de los componentes intermedios de enfermedades en los animales para descubrir los mecanismos subyacentes y nuevas dianas terapéuticas", resaltó el director del Instituto Nacional para la Salud Mental (NIMH), Thomas R. Insel. A su juicio, se trata de una noticia "esperanzadora" acerca de cómo un proceso de enfermedad que se origina en el desarrollo temprano puede ser reversible en la edad adulta.
La esquizofrenia se cree que provienen de un daño temprano del cerebro del feto en desarrollo, que se remonta a una compleja combinación de causas genéticas y ambientales. Aunque los genes identificados hasta la fecha representan sólo una pequeña fracción de los casos, la evidencia ha implicado a la variación en el gen de neurregulina 1.
Por ejemplo, los estudios posmortem han demostrado que se sobreexpresa en el centro del cerebro pensante, o la corteza prefrontal, de algunas personas que tenían esquizofrenia. Antes de este estudio, no estaba claro si el daño causado por los niveles anormales prenatales de neuregulin 1 podría ser reversible en la edad adulta ni si los déficits conductuales y cerebrales resultantes se sostenían por el continuo fallo en la expresión de neuregulin 1 en la edad adulta.
Los científicos diseñaron ratones de laboratorio para imitar algunos de los componentes de la enfermedad humana por sobreexpresión del gen neuregulin 1 en el cerebro anterior, comparable a la corteza prefrontal en los seres humanos. Este aumento en la expresión del gen en los animales adultos fue suficiente para producir características de comportamiento propias de la enfermedad, como hiperactividad, conductas sociales y cognitivas, y entorpecer las comunicaciones neuronales a través de los mensajeros químicos glutamato y GABA.
Inesperadamente, las anormalidades desaparecieron cuando los investigadores experimentalmente apagaron la sobreexpresión de neuregulin 1 en los animales adultos. El tratamiento con clozapina, un medicamento antipsicótico, también revirtió las alteraciones conductuales y la deficiencia de glutamato en una enzima errante llamada LIMK1, provocada por la sobreexpresión de neuregulin 1, un posible mecanismo patológico desconocido en la esquizofrenia.
Los resultados del estudio sugieren que incluso si la enfermedad se debe a alteraciones en el desarrollo temprano del cerebro, los pacientes adultos cuya esquizofrenia tiene sus raíces en la actividad defectuosa de neuregulin 1 podrían experimentar una reducción en algunos de los síntomas después de los tratamientos, concluyen los investigadores.