VALENCIA 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Hospital General de Valencia realizó este viernes una intervención pionera en un paciente que sufrió una parálisis por accidente de tráfico, con anestesia epidural y con una tecnología consistente en un epiduroscopio con una cámara de televisión de tres milímetros que se introdujo a lo largo de toda la médula, desde las lumbares hasta la entrada del cerebro.
Según informó el centro hospitalario en un comunicado, el paciente sufre siringomielia, una enfermedad caracterizada por la presencia de cavidades quísticas dentro de la espina dorsal. Según Carlos Barcia, jefe del Servicio de Neurocirugía, "la médula se ha quedado casi hueca por el aumento de la presión del líquido que baña todo el sistema nervioso. El canal por el que pasa ese líquido es muy pequeño, así que si se bloquea, aumenta la cantidad de líquido ejerciendo presión y destrozando la médula".
En el caso del paciente intervenido hoy, que quedó paralítico de cintura para abajo tras el accidente de tráfico, el aumento de esa presión del líquido en la médula le produce parálisis, dolor en los brazos y manos, pérdida de sensibilidad y atrofia muscular. Con esta intervención, según el centro, "no sólo se evita que vaya empeorando, ya que se quitan las membranas que lo bloquean, sino que también se mejora la sensibilidad y la motilidad del paciente".
Con la técnica habitual, el paciente se opera con anestesia general, con monitorización de neurofisiología para no dañarle nervios y dejarle paralizado, abriéndole y poniéndole en la medula un tubo de plástico para vaciarle el quiste en la tripa o en el pulmón.
Rafael Cincu, neurocirujano e impulsor de esta nueva técnica, explicó que, con esta intervención, se ha hecho "un planteamiento quirúrgico completamente distinto. Conseguimos resolver la cavidad siringomiélica mediante una cámara de televisión introducida en la medula, sin necesidad de dejar un cuerpo extraño a nivel de la médula. Hacemos esta cirugía con el paciente despierto para poder monitorizar en vivo su situación neurológica sin provocarle ningún daño más, a nivel medular".
PINZAS ESPECIALES
Esta cirugía requiere de gran habilidad con el epiduroscopio para hacer el recorrido curvo de la columna vertebral e ir rompiendo los quistes que lo bloquean. "Utilizamos unas pinzas especiales, que introducimos junto con la cámara de televisión, para quitar estas membranas o quistes. No se puede utilizar el láser porque hay que controlar la profundidad de campo y con láser se podría dañar la médula", añadió Cincu.
Las ventajas de este procedimiento son "múltiples", ya que "no se introduce ningún cuerpo extraño, no hay riesgo de obstrucción de los sistemas de drenaje que se utilizan actualmente y al paciente se opera con cirugía mínimamente invasiva, con todos los beneficios que esta reporta en cuanto a menor agresión, menor sangrado, menor cicatriz y menor estancia hospitalaria".