MADRID 6 Mar. (Reuters/EP) -
Los pacientes que se someten a operaciones de riñones o próstata asistidas por robots tienen estancias hospitalarias más cortas y menos riesgo de tener que recibir transfusiones sanguíneas o de morir, aunque la factura es considerablemente mayor, según un estudio.
El análisis, que se publicó en el Journal of Urology, comparó la cada vez más común cirugía robótica con otras dos técnicas para la misma intervención y halló que los costos directos podían incrementarse en varios miles de dólares en la operación asistida por robots.
Promocionada como menos agresiva y más eficiente, la cirugía robótica utiliza normalmente un laparoscopio o un método de "incisión mínima," en el que las herramientas y una pequeña cámara de video se insertan en el cuerpo a través de una o dos pequeñas incisiones.
La cirugía robótica reemplaza las manos de un cirujano con herramientas de gran precisión situadas en los extremos de brazos mecánicos, controlados desde una consola por el médico.
"Creo que el mensaje principal es que la (cirugía) robótica, mirando nuestro estudio, tiene ciertos resultados positivos en comparación con operaciones abiertas o laparoscopias", afirmó el líder del estudio Jim Hu en el Brigham and Women's Hospital en Boston.
Hu y su equipo analizaron datos de operaciones del gobierno nacional para ver si la costosa cirugía robótica era rentable y proporcionaba beneficios extras frente a técnicas más antiguas.
Durante los últimos tres meses de 2008 -los datos más recientes disponibles que permitían una comparación entre la cirugía robótica, abierta y laparoscópica- más de la mitad de todas las intervenciones de próstata fueron realizadas con robots.
Alrededor del tres por ciento de los pacientes de próstata se sometieron a una operación tradicional de laparoscopia y el 44 por ciento a una cirugía abierta.
La abierta y la laparoscopia eran aún más comunes que la cirugía robótica para la intervención y extirpación de los riñones.
Entre los pacientes a los que se le quitó la próstata, ninguno murió tras una operación por laparoscopia o robótica, mientras que dos de cada 1.000 murieron tras una cirugía abierta.
Alrededor del cinco por ciento de los hombres que se sometieron a una operación abierta necesitaron una transfusión sanguínea, frente a menos del 2 por ciento en el caso de cirugía robótica. El grupo que se sometió a una operación abierta también permaneció en el hospital alrededor de un día más que aquellos sometidos a una operación asistida por ordenador.
El inconveniente era el precio: la extirpación de próstata con robots costaba en promedio unos 10.000 dólares (7.578 euros), unos 700 dólares (530 euros) más que una laparoscopia y 1.100 (833 euros) más que una operación abierta.
Para la extracción de riñón, la cirugía robótica cuesta 13.900 dólares (10.533 euros), 2.700 dólares (2.046 euros) más que una laparoscopia y 1.300 (985 euros) más que una operación abierta.