MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el cambio climático ya está causando decenas de miles de muertes cada año, como consecuencia de los temperaturas extremas y los fenómenos meteorológicos como olas de calor o inundaciones que está provocando, y por ello insta a todos los países a proteger la salud de sus ciudadanos del calentamiento global del planeta.
Este organismo de Naciones Unidas apunta que la cumbre del clima (COP-21) que se celebrará a finales de mes en París (Francia) ofrece al mundo una "importante oportunidad" para proteger la salud de las generaciones futuras y, de hecho, cree que el tratado que se firme también será importante desde el punto de vista de salud pública ya que "tiene el potencial de salvar vidas".
La OMS calcula que en 2012, último año del que se han hecho estimaciones, unas 7 millones de personas fallecieron como consecuencia de enfermedades relacionadas con la contaminación del aire, que es el riesgo ambiental para la salud individual más importante en todo el mundo.
Además, se prevé que el cambio climático provoque unas 250.000 muertes anuales más como consecuencia de la malaria, la diarrea o el estrés causados por las elevadas temperaturas y la desnutrición entre los años 2030 y 2050. Los niños, las mujeres y las personas con menos recursos son los más vulnerables, lo que hará que aumenten aún más las desigualdades en salud.
Ante esta situación, la OMS reconoce que todas las medidas que se adopten para combatir el cambio climático también pueden aportar importantes beneficios para la salud. Entre las medidas cuya eficacia ya está demostrada destacan la reducción de emisiones de carbono negro o metano o la reducción del calentamiento global en 0,5 grados para 2050, lo que permitiría salvar unas 2,4 millones de vidas al año.
Del mismo modo, la puesta en marcha de un impuesto específico para los combustibles más contaminantes con el objetivo de compensar sus efectos negativos para la salud podría reducir a la mitad las muertes por la contaminación atmosférica, al tiempo que permitiría reducir las emisiones de dióxido de carbono en más de un 20 por ciento y se recaudarían unos 3.000 millones de dólares al año.