MADRID, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha instado a los miembros de su oficina regional para el Pacífico Occidental a realizar "un último esfuerzo" para controlar la lepra en el área con la puesta en marcha de su nueva estrategia global de control de la enfermedad, la revisión de los últimos datos epidemiológicos y el refuerzo la capacidad de estos países para enfrentar la enfermedad.
En el marco de la reunión de tres días que celebran hasta este miércoles los responsables de los programas nacionales de control de la lepra en la Oficina regional del Pacífico Occidental, en Manila, la OMS ha pedido a sus responsables en este territorio que no se abandonen a la "autocomplacencia" por el avance en esta lucha logrado años atrás y sigan luchando porque aún el número de casos es elevado.
En el año 1991, la OMS lanzó una campaña global para eliminar al lepra como un problema de salud pública y situó el objetivo de eliminación de esta enfermedad en un caso por 10.000 habitantes. Ese mismo año, la Región del Pacífico Occidental logró esta meta.
Durante las siguientes dos décadas, los casos de lepra en este territorio se redujeron notablemente, en un porcentaje cercano al 90 por ciento. Fallaron en la tarea de alcanzar este objetivo tres países del área: Los Estados Federados de Micronesia, Kiribati y las Islas Marshall.
Sin embargo, en la región se registran todavía más de 5.000 nuevos casos de lepra cada año, la mayoría --cerca de 2.000 al año-- aparecen en Filipinas, uno de los países donde se supone que la lepra había sido eliminada, según la definición de erradicación fijada por la propia OMS.
Según el director regional de la OMS para el Pacífico Occidental, Shin Young-soo, "la lepra es curable". "Podemos frenar la enfermedad desde su transmisión de persona a persona. Lo que se necesita es responsabilidad política para terminar el trabajo de eliminar de verdad la lepra del Pacífico Occidental", señala.
Por ello, urge a los políticos, a los trabajadores sanitarios y a la población general a reconocer que la lepra "aún causa mucho sufrimiento" en la región y que "se tiene que encarar la tarea inacabada de eliminar de verdad esta enfermedad".
A su juicio, la eliminación de la lepra en el Pacífico Occidental es "una paradoja", porque, por un lado "sólo unos pocos países de la región han eliminado la lepra en el sentido en el que la OMS define la eliminación".
Pero por otra parte, "continúa viéndose un decepcionante elevado número de nuevos casos cada año, entre los que se incluyen más de 400 niños". "La mayoría de estos casos se dan en países que alcanzaron el objetivo de eliminación, pero que siguen teniendo áreas de alta actividad de esta enfermedad", apunta.
"Mi miedo --reconoce-- es que nuestros loables logros hacia el objetivo de eliminación puedan ser malinterpretados como un verdadera eliminación y nos lleve hacia un camino de autocomplacencia". "Esto puede ser desastroso para las personas que corren un mayor riesgo de contraer esta enfermedad", advierte.