MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
El gasto en salud ha alcanzado el 10 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial y crece más rápido que el resto de la economía, ha concluido un informe de la Organización Mundial de la Salud publicado este jueves en Ginebra (Suiza).
Este gasto en salud, que puede provenir de gobiernos, ciudadanos, seguros de salud voluntarios u ONGs, es "particularmente" notable, según el organismo, en los países de ingresos bajos y medios, donde crece una media de un 6 por ciento al año, mientras que lo hace un 4 por ciento en los países ricos.
El gasto público en salud representa una media de un 51 por ciento por país, según se desprende del informe. Por su parte, el gasto en salud procedente de los ciudadanos representa el 35 por ciento del total por países. "Una consecuencia es que 100 millones de personas son empujados a la pobreza extrema cada año", han indicado desde la OMS.
"Incrementar el gasto interior es esencial para lograr una cobertura de salud universal. El gasto en salud no es un coste, es una inversión en la reducción de la pobreza, en trabajos, productividad, un crecimiento económico inclusivo y en unas sociedades más sanas, seguras y justas", ha defendido el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom.
Pero el informe sí destaca una tendencia al aumento de la financiación pública nacional para la salud en países de ingresos bajos y medios, y la disminución de la financiación externa en los países de ingresos medios. La dependencia de los gastos que salen directamente del bolsillo de los ciudadanos, por su parte, disminuye, pero "lentamente".
En concreto, países con ingresos pobres o medianos han doblado su gasto en salud desde el año 2000. De media, estas administraciones gastan 52,8 euros (60 dólares) por persona. No obstante, esta cifra queda lejos de los 237,9 euros (270 dólares) que gastan por ciudadano en los países de ingresos altos.
Además, este gasto en países pobres se destina, sobre todo, a Atención Primaria aunque, según el trabajo de la OMS, menos del 40 por ciento de todo este gasto proviene de los gobiernos.
"Cuando aumenta el gasto gubernamental en salud, es menos probable que las personas caigan en la pobreza en busca de servicios de salud. Pero el gasto del Gobierno sólo reduce las inequidades en el acceso cuando las asignaciones se planifican cuidadosamente para asegurar que toda la población pueda obtener Atención Primaria", han lamentado desde la OMS.
LA AYUDA EXTERNA REPRESENTA MENOS DEL 1%
El informe también se ha referido al papel de la financiación externa en el gasto de salud. Según el trabajo, a medida que aumenta el gasto interno, los fondos proporcionados por la ayuda externa se han reducido a menos del 1 por ciento del gasto sanitario mundial.
Además, casi la mitad de estos fondos externos se destinan a tres enfermedades: VIH/Sida, tuberculosis y malaria, y prevalecen "en muchos países, esencialmente en los de ingresos bajos", ha agregado el informe.
"La salud es un derecho humano y todos los países necesitan priorizar un cuidado primario eficiente y coste-efectivo como una vía para lograr una cobertura universal de la salud y los Objetivos de Desarrollo Sostenible", ha concluido la directora de Health Systems, Governance and Financing de la OMS, la doctora Agnes Soucat.