MADRID 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de que sólo un tercio de los bebés en todo el mundo reciben lactancia durante los seis primeros meses de vida, una etapa en la que esta organización considera fundamental para la salud y el bienestar futuro adulto.
Con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que tendrá lugar desde el 1 hasta el 7 de agosto, la OMS pretende fomentar esta práctica al considerarlo el mejor modo de proporcionar al recién nacido los nutrientes necesarios.
Y es que, directa o indirectamente, la malnutrición es responsable de aproximadamente un tercio de las muertes de los menores de 5 años. Además, más de dos tercios de estos fallecimientos se producen durante el primer año.
Asimismo, diversos estudios, realizados tanto en países desarrollados como en los que están en proceso de desarrollarse, han demostrado que dar de mamar durante los seis primeros meses reduce el riesgo de infecciones gastrointestinales para el bebé y contribuye a mantener una buena salud durante toda la vida.
Por este motivo, la OMS ha recomendado iniciar la lactancia materna desde la primera hora de vida y mantenerla como única forma de alimentación durante los seis meses siguientes, y a partir de ese momento, incorporar alimentos inocuos combinados con la lactancia hasta, como mínimo, los dos años.
BENEFICIOS PARA LA EDAD ADULTA
Los adultos que de pequeños tuvieron lactancia materna suelen tener una tensión arterial más baja, menos colesterol y menores tasas de sobrepeso, obesidad y diabetes de tipo 2. De hecho, los beneficios de la lactancia son tantos que, incluso, hay datos que indican que las personas que tuvieron lactancia materna obtienen mejores resultados en las pruebas de inteligencia.
Pero dar de mamar no sólo beneficia al niño sino que también favorece a la madre. La lactancia exclusivamente materna constituye un método natural de control de la natalidad --protección del 98 por ciento durante los primeros 6 meses siguientes al parto--, reduce el riesgo de cáncer de mama y ovario en fases posteriores de la vida, ayuda a las mujeres a recuperar más rápidamente su peso anterior al embarazo y reduce las tasas de obesidad.
No obstante, las investigaciones no han demostrado una reducción del riesgo de otras infecciones ni de enfermedades alérgicas y tampoco han documentado efectos adversos de la lactancia materna exclusiva durante los seis meses en el crecimiento, aunque en algunos países en desarrollo se ha observado una reducción de la concentración de hierro.
NO RECOMIENDA EL USO DE LECHES ARTIFICIALES
Por otra parte, la OMS ha desaconsejado el uso de leches artificiales porque no contienen los anticuerpos presentes en la leche materna y, en determinadas zonas del mundo, pueden conllevar serios riesgos para el bebé debido a que pueden estar preparadas con agua insalubre y material.
"Una dilución excesiva con el fin de ahorrar puede acabar produciendo malnutrición. Por otro lado, las tomas frecuentes mantienen la producción de leche materna y, en caso de que se utilice leche artificial pero esta deje de estar disponible, puede resultar imposible volver a la lactancia materna debido a la disminución de la producción materna", ha avisado la OMS.
Respecto a las mujeres infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la Organización Mundial de la Salud ha recordado que el tratamiento antirretrovírico de la madre infectada o del lactante expuesto al VIH reduce el riesgo de transmisión del virus durante la lactancia materna.
De esta manera, utilizando conjuntamente el tratamiento antirretrovírico y la lactancia materna pueden mejorar significativamente la probabilidad de supervivencia del lactante sin que se vea infectado por el VIH.
Por este motivo, ha recomendado que las mujeres lactantes infectadas por el VIH reciban antirretrovíricos y sigan las orientaciones de la OMS con respecto a la lactancia materna y a la alimentación complementaria.