MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
La directora del Programa Mundial sobre Tuberculosis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tereza Kasaeva, ha advertido de que la pandemia de COVID-19 ha provocado "un retroceso de años" en la lucha contra la tuberculosis (TB).
"Aunque el esfuerzo global de combatir la tuberculosis se estima que ha salvado 74 millones vidas desde el año 2000, la pandemia de COVID-19, junto al conflicto y otras crisis e injusticias sociales y económicas, han provocado un retroceso de años en el avance de la lucha contra la tuberculosis y esto ha supuesto una carga más a los afectados, especialmente a los más vulnerables", ha lamentado durante la 11 Jornada de Actualización de la Red TBS-Stop Epidemias, que se ha celebrado este miércoles en Madrid.
En su intervención durante en la jornada, con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis, la experta ha recordado que, por primera vez en más de diez años, el informe de la OMS ha mostrado que los casos de tuberculosis y muertes han crecido: cerca de 4.400 personas fallecen cada día de tuberculosis y casi 30.000 personas caen enfermas con esta dolencia prevenible y curable.
La representante de la OMS ha coincidido con el mensaje del presidente del Comité Científico de la Red TBS-Stop Epidemias, Julio Ancochea: "La TB sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más mortales del mundo, pese a ser una enfermedad prevenible y tener cura".
El abordaje, según Kasaeva, pasa por "crear expectativas e impulsar un liderazgo de alto nivel; incrementar las inversiones; acelerar las actualizaciones de las nuevas recomendaciones de la OMS; la implementación de innovaciones; avivar las acciones; y la colaboración multisectorial para combatir la epidemia de la tuberculosis".
Por ello, ha pedido "un aumento urgente de las inversiones nacionales e internacionales con el fin de cubrir las lagunas de financiación críticas y asegurar una asistencia sanitaria universal en la prevención de la TB y su cuidado e investigación".
En la misma línea, el doctor Ancochea se ha sumado al "llamamiento de acción global para abordar la salud y las desigualdades de pacientes con TB y otras enfermedades". "El avance en la lucha contra la TB y sus impulsores no se puede alcanzar solo con el sistema sanitario, es imprescindible un compromiso político firme del más alto nivel, una fuerte colaboración más allá de la sanidad y con un sistema de responsabilidad eficiente", ha remachado Kasaeva.
PROBLEMAS DE VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA DE LA TUBERCULOSIS EN ESPAÑA
Por otra parte, Zaida Herrador Ortiz, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ha lamentado que, en el caso de la tuberculosis, en España se observa "una baja exhaustividad en la cumplimentación de la información y datos incongruentes difíciles de interpretar que limitan el análisis de los datos".
"La TB es una de las enfermedades que requieren más esfuerzo para su vigilancia. La calidad de los datos depende de su actualización a partir de diversas fuentes de información y del seguimiento de los pacientes. Para poder seguir avanzando en el control de esta enfermedad, tal como contempla el Plan Nacional, es clave mejorar su vigilancia entre todos los actores involucrados en ella", ha argumentado.
La experta del ISCIII ha puntualizado que "uno de los tres objetivos específicos del Plan para la Prevención y Control de la Tuberculosis, aprobado por el Consejo Interterritorial (CISNS en junio de 2019), es precisamente mejorar el conocimiento y la información sobre los casos y brotes de TB para mejorar su prevención y control a través de la vigilancia".
Herrador Ortiz ha detallado que en 2020 se cumplieron las dos primeras metas del Plan, alineadas con los compromisos internacionales: *"la reducción del 15-21 por ciento en la tasa global en 2020 con respecto a 2015 (que fue del 26,5%) y la reducción media anual de la tasa de TB pulmonar del 4 por ciento para el periodo 2015-2020 (que fue del 6 %)".
Sin embargo, las otras dos metas planteadas en el Plan, alcanzar una tasa de éxito en el tratamiento del 95 por ciento para los casos sensibles a fármacos y del 75 por ciento en casos con resistencias, "no se han podido cuantificar en 2020 ni en 2021 por falta de información y baja calidad de los datos".
Aún así, según los últimos datos consolidados en la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), la tasa de notificación de TB en 2021 fue de 7,61 por 100.000, lo que sitúa a España "entre los países de baja incidencia por cuarto año consecutivo, con una tendencia decreciente constante desde 2012".
LA TUBERCULOSIS EN LAS PRISIONES: TENDENCIA A LA BAJA
El jefe del Área de Salud Pública de la Subdirección General de Sanidad Penitenciaria del Ministerio del Interior, Enrique Acín, ha resaltado que las cifras de la tuberculosis en las prisiones también han ido a la baja.
"La incidencia de tuberculosis en instituciones penitenciarias entre la población privada de libertad nacida en España es actualmente 4 veces inferior a la de hace 10 años y entre la población extranjera es 2,5 veces inferior", ha apuntado durante la jornada.
Acín ha detallado que los centros penitenciarios son "un punto de control de la enfermedad, en beneficio lógicamente de toda la comunidad, ya que la prisión no es un compartimento estanco".
La clave, según este experto, pasa por "el programa de prevención y control de la tuberculosis que se realiza en el medio penitenciario" que "tiene como bases fundamentales el diagnóstico precoz, el tratamiento directamente observado y el estudio de contactos, así como una vigilancia estricta de las resistencias a los fármacos habitualmente usados en el tratamiento de la enfermedad y el tratamiento de la infección tuberculosa latente detectada mediante las pruebas de cribado que se realizan al ingreso en prisión".