Obama se culpa en parte por no saber explicar la reforma sanitaria

presidente de Estados Unidos, Barack Obama
Reuters
Actualizado: jueves, 28 enero 2010 11:30

NUEVA YORK, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, asume parte de culpa por no saber explicar a la población la "compleja" reforma sanitaria que defiende desde antes incluso de sentarse en el Despacho Oval, pero insistió, durante el discurso sobre el Estado de la Unión, en que ni el Gobierno ni el Congreso pueden desistir de un debate que está "muy cerca" de dar sus frutos. En defensa de otras reformas en el ámbito de los derechos sociales, el mandatario también anunció que revisará el trato a los homosexuales en el Ejército.

Respecto a la discutida reforma sanitaria, Obama aclaró en el Congreso que no se metió en esta lucha por conseguir una victoria o rédito político --"obviamente", ironizó con este último aspecto--, sino para evitar casos como los de personas a quienes se le niega la posibilidad de un seguro por su cuadro médico o los de las familias que hipotecan su vida por pagar un tratamiento. El plan defendido por el presidente pretende "reducir costes y primar a millones de familias y empresas".

A quienes alegan los costes que generará la reforma como argumento para rechazarla, Obama les recordó que la Oficina Presupuestaria del Congreso vaticina que reduciría el déficit en hasta 1 billón de dólares durante las próximas dos décadas. Asimismo, pidió a quienes conozcan fórmulas distintas a las ya presentadas para ampliar la cobertura médica y reducir los costes del ámbito sanitario que se lo hagan saber.

Sin embargo, Obama entiende las reticencias entre la población. "Asumo mi parte de culpa por no explicarlo de forma más clara", manifestó. "No abandonaré a los estadounidenses, y tampoco deberían hacerlo la gente de estas cámaras", afirmó, ante congresistas detractores y defensores de una medida que despierta suspicacias también entre algunos demócratas.

Precisamente en defensa del consenso, el inquilino de la Casa Blanca incidió en que "ningún partido debería retrasar ninguna ley sólo porque puede". Recordó a los republicanos que, si tanto insistieron en la importancia de sumar 60 votos en el Senado --donde los demócratas contaban con esta 'supermayoría' hasta la semana pasada-- se unan ahora "a la responsabilidad de gobernar".