WASHINGTON, 21 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha referido este miércoles por primera vez al escándalo por las supuestas negligencias en la atención médica a militares retirados y ha advertido de que no "tolerará" hechos como los denunciados en un hospital de Arizona.
El escándalo se remonta a finales de abril, cuando médicos del Departamento de Asuntos de Veteranos de Phoenix denunciaron la muerte de al menos 40 soldados en lista de espera. Los médicos tenían orden, supuestamente, de mantener a estos antiguos militares en una lista secreta hasta que llegasen a las dos semanas de plazo, el tiempo contemplado en los protocolos.
Las acusaciones también han salpicado a centros de otras siete ciudades y ponen en duda el sistema de atención de una agencia que supervisa 1.700 centros médicos en todo el país.
"Si estas denuncias son ciertas, se trata de algo indecente y no lo toleraré, punto", ha advertido Obama, tras reunirse en la Casa Blanca con el secretario del Departamento de Asuntos de Veteranos, Eric Shinseki, y el asesor Rob Nadors, designado por la Casa Blanca para liderar las pesquisas.
El presidente ha apostado por esperar a ver los "resultados" de las investigaciones antes de exigir cuentas a nadie, en respuesta a quienes piden ya la cabeza de Shinseki. Obama incluso ha salido en defensa de su secretario, al que ha calificado como "un gran funcionario público".
"Sé que la actitud de Ric es que si no piensa que puede hacer un buen trabajo en este caso, si cree que deja de lado a los veteranos, no estaría interesado en seguir en el cargo", ha añadido el mandatario, que ve al secretario "comprometido para resolver el problema".
Nabors visitará esta semana el centro de Phoenix origen de la polémica y el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, se reunirá con el presidente de la Comisión de Asuntos de Veteranos del Senado, Vernie Sanders.
La oposición, sin embargo, recrimina al Gobierno su lenta actuación. El congresista republicano John McCain, veterano de guerra, ha celebrado que Obama haya roto su silencio "tras muchas semanas negándose a reconocer el escándalo", pero ha lamentado su "insuficiente" discurso porque, según él, no servirá para atajar los "problemas sistémicos" de la atención a antiguos militares.