MADRID 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores ha descubierto una toxina -SElX- producida por la bacteria 'Staphylococcus Aureus' resistente a la meticilina (SARM) que acelera el sistema inmunológico del cuerpo produciendo daños en células sanas. SElX está formada en un 95 por ciento de Staphylococcus Aureus, por lo que es una diana potencial para luchar contra esta superbacteria de hospital. Los hallazgos de la investigación han sido publicados en el último número de 'PLoS Pathogens'.
SElX pertenece a una familia de toxinas conocidas como superantígenos, que pueden desencadenar una respuesta inmunológica extrema; esto produce una multiplicación de las células inmunes, que puede producir fiebre alta, 'shock' tóxico e infecciones pulmonares potencialmente mortales.
La investigación, llevada a cabo por las universidades de Edimburgo, Iowa y del Estado de Mississippi, estudió a una cepa de SARM conocida como USA300, que pueden causar infecciones graves en personas sanas.
Según el doctor Ross Fitzgerald, del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo "si podemos encontrar una manera de dirigir esta toxina para que deje de provocar una reacción exagerada del sistema inmunológico, podremos prevenir las infecciones graves".
En otro estudio publicado en el mismo número de 'PLoS Pathogens', un equipo internacional de científicos, dirigido por investigadores de la Universidad de Monash, en Australia, ha puesto al descubierto cómo una bacteria de hospital común se convierte en una superbacteria mortal, infectando a un número creciente de pacientes en los hospitales en todo el mundo, y causando un estimado de 3.2 mil millones de dólares, cada año, en costos sanitarios solo en los Estados Unidos.
La directora del equipo, la doctora Dena Lyras, y el autor principal el doctor Glen Carter, de la Escuela de Ciencias Biomédicas de Monash, han relacionado una mutación natural en el microorganismo Clostridium difficile con la diarrea grave y debilitante en los pacientes hospitalizados en tratamiento con antibióticos. Estos antibióticos destruyen las bacterias "buenas" en el intestino, lo que permite que esta "mala" bacteria pueda colonizar el colon, provocando infecciones intestinales difíciles de tratar.
Los resultados sugieren que las cepas bacterianas que llevan esta mutación tienen el potencial de producir más toxinas en individuos susceptibles -comúnmente en los pacientes mayores de 65 años.
El doctor Carter añade que "ahora que tenemos una mejor comprensión de estas cepas, podremos diseñar nuevas estrategias para prevenir, controlar y tratar estas infecciones".