MADRID, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
Una nueva clase de medicamentos reduce a la mitad el riesgo de los pacientes a contraer la enfermedad injerto contra huésped (EICH), un efecto secundario grave y a menudo mortal en los tratamientos de trasplante de médula ósea, según un estudio de investigadores del Centro Oncológico Integral de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), cuyos resultados se presentarán este domingo en la 54 Reunión Anual de la Sociedad Americana de Hematología.
El estudio, el primero en probar este tratamiento en las personas combinando el fármaco vorinostat con el tratameitno estándar tras el trasplante, concluye que el 21 por ciento de los pacientes desarrollan enfermedad injerto contra el huésped en comparación con el 42 por ciento de los pacientes que registran esta condición normalmente con los medicamentos estándar por sí solos.
"La enfermedad injerto contra huésped crónica es la complicación más grave del trasplante que limita nuestra capacidad de ofrecer tratamiento de manera más amplia. Las Estrategias de prevención actuales se han mantenido prácticamente sin cambios durante los últimos 20 años", explica el autor principal del estudio, Sung Choi, profesora asistente de Pediatría de la Facultad de Medicina de la UM. En este sentido, destaca que su investigación sugiere que puede haber "una potencial nueva manera de prevenir esta enfermedad.
Vorinostat está actualmente aprobado por la agencia norteamericana del medicamento (FDA, en sus siglas en inglés) para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer. Pero los investigadores de la UM, dirigidos por el doctor Pavan Reddy, profesor asociado de Medicina Interna en la Escuela de Medicina de la UM, descubrieron en el laboratorio que el fármaco tenía efectos antiinflamatorios, por lo que la hipótesis podría ser útil en la prevención de injerto contra huésped crónica, una condición en la que las nuevas células donantes comienzan a atacar a otras células en el cuerpo del paciente.
Los 47 primeros pacientes de la investigación, adultos mayores sometidos a un trasplante de médula ósea de intensidad reducida con células donadas de un pariente, recibieron medicación estándar que se utiliza después de un trasplante para evitar la reacción del injerto contra el huésped y vorinostat, que se administra en forma de pastilla por vía oral.
Los científicos descubrieron que vorinostat era seguro y tolerable para dar a esta población vulnerable, con efectos secundarios manejables, además de tener tasas de muerte y recaída de cáncer similares a los promedios históricos, unos resultados similares a los hallados en el laboratorio con ratones. "Este es un enfoque completamente nuevo en la prevención de la enfermedad injerto contra huésped", afirma Choi.
Específicamente, vorinostat se dirige a las histona desacetilasas, que son diferentes de las moléculas habituales dirigidas por los tratamientos tradicionales. "Vorinostat tiene un doble efecto como anticancerígeno y un agente antiinflamatorio, que es lo que le hace potencialmente grande en su uso para evitar la reacción del injerto contra el huésped, ya que también puede ayudar a prevenir que la leucemia regrese", destaca Choi.
El estudio continúa con nuevas inscripciones de participantes, con la intención de probar vorinostat en pacientes que reciben un trasplante de un donante no relacionado, lo que conlleva un mayor riesgo de enfermedad injerto contra huésped.