TRENTON (NUEVA JERSEY), 21 (EUROPA PRESS)
Nuevos análisis sanguíneos que los médicos esperaban que ayudarían a predecir de manera más exacta qué pacientes están encaminándose hacia un ataque cardíaco o un derrame cerebral no fueron más eficaces que los tradicionales, como los niveles de colesterol, la presión arterial alta entre otros, señaló un estudio.
Los médicos en los últimos años se mostraban entusiasmados con el hecho de que la detección de ciertas sustancias en el torrente sanguíneo parecían ser métodos eficaces para pronosticar ataques cardíacos. Las sustancias incluían a la proteína C-reactiva, o CRP, la homosisteína, y el péptido natriurético tipo B, es decir el BNP.
Un número cada vez mayor de médicos familiares han ordenado esos análisis sanguíneos caros que pueden detectar esas sustancias, y algunos pacientes también han comenzado a solicitarlos, con la esperanza de identificar a las personas que no tienen los factores comunes de riesgo pero que también tienen la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco o de una apoplejía.
Sin embargo, un nuevo estudio efectuado por el respetado Estudio del Corazón Framingham, descubrió que las pruebas para detectar CRP, BNP, homosisteína y otras siete sustancias superan en apenas dos puntos porcentuales a las pruebas convencionales, y factores de riesgo comunes que los médicos conocen desde hace décadas. La diferencia en su exactitud es tan baja que puede ser descartable.
"Es un poco decepcionante. Creo que nuestro estudio y otros trabajos recientes han comenzado a frenar ese entusiasmo", señaló el autor principal del estudio, el doctor Thomas J. Wang, un catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard. El estudio fue publicado el jueves en la revista especializada 'New England Journal of Medicine'.
Los investigaciones del Framingham, que han efectuado pruebas a habitantes de un suburbio de Boston desde hace varias décadas, utilizaron muestras de sangre congelada que fueron tomadas de 3.209 personas saludables que participaron en estudios del Framingham a mediados de los noventa, y luego revisaron cuántos de ellos sufrieron complicaciones cardíacas graves o murieron en la siguiente década.