MADRID 6 Ago. (EUROPA PRESS) -
La cirugía con el láser CO2 para el cáncer de próstata puede resultar más segura para reducir el riesgo de dañar los nervios necesarios para las actividad sexual y la continencia urinaria, según el estudio piloto llevado a cabo por cirujanos del Hospital Presbiteriano de Nueva York de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, cuyos resultados han publicado en 'Journal of Endourology'.
Uno de los retos actuales en la cirugía de cáncer de próstata es lograr extirpar la glándula afectada sin más efectos secundarios, ya que actualmente se calcula que tras la operación, la mitad de los hombres tienen problemas de disfunción sexual.
Con esta nueva técnica, "se logra una gran precisión de movimiento que ya está ayudando a reducir este riesgo y las primeras evidencias han demostrado que pueden ayudar a los cirujanos a ser más precisos, especialmente a la hora de preservar los nervios", ha señalado el director de cirugía urológica del hospital, el doctor Ketan Badani.
Este tipo de láser lleva un tiempo usándose en cirugías de cáncer de cabeza y cuello y ahora, un nuevo sistema más flexible y basado en fibras ha hecho posible que se utilice para la cirugía robótica de cáncer de próstata.
Badani ha explicado que durante la operación, el láser se utiliza para diseccionar la parte entre los nervios y la próstata, sin tocar los nervios de modo que no sufran daños.
"Normalmente, se cortaba o cauterizaba el tejido alrededor del los nervios de la próstata, lo que podía causar daños irreparables a causa del calor de la cirugía ", ha señalado el doctor.
Sin embargo, "el láser CO2 reduce este riesgo porque tiene una temperatura muy baja y no necesita manipulación en los nervios", ha asegurado.
Este estudio describe el uso del láser en diez casos y afirma que la tecnología es sencia y precisa en su uso. Los pacientes experimentaron un retorno a su actividad urinaria normal antes de lo que es habitual, algo que los doctores ha animado mucho a los doctores a continuar con futuras investigaciones.
En ellas, se tratará de determinar si la tecnología puede mejorar los resultados en el caso de las erecciones y si, además, es capaz de evitar la recurrencia del cáncer.