ORLANDO (ESTADOS UNIDOS), 12 (EUROPA PRESS)
Pronto estará aprobada en España una nueva terapia que ofrece una alternativa a los enfermos con leucemia mieloide crónica que han desarrollado resistencias o que no toleran el tratamiento convencional o que no lo toleran; una situación que a muchos les supone el final de sus opciones terapéuticas. Se trata de un inhibidor de la tirosinquinasa BCR-ABL de segunda generación cuyos últimos resultados de eficacia fueron presentados en el Congreso de la Sociedad Americana de Hematología que se celebra estos días en Orlando (Florida).
La leucemia mieloide crónica era hasta hace muy pocos años una enfermedad que, pese a su lento desarrollo, daba a los pacientes una perspectiva de supervivencia limitada. Esta variante de leucemia se desarrolla en tres fases, que se diferencian por la proporción de células tumorales que tiene el enfermo en la sangre y en la médula ósea.
La primera y mas leve dura entre tres y cinco anos. La segunda, denominada "acelerada", en la que los enfermos ya tienen una mayor cantidad de células tumorales se prolonga entre seis y nueve meses. Después se entra en la denominada "crisis blástica", y entonces la supervivencia media es de entre tres y seis meses.
El ano 1999 supuso un punto de inflexión histórico en la patología al aprobarse el imatinib, una sustancia que inauguró una nueva era en el tratamiento. El fármaco consiguió respuestas no solo en sangre -en recuento de glóbulos y plaquetas-, sino también a nivel citogenético y molecular -"como si miraras la médula con lupa", explican los expertos-. Esto, unido a una menor toxicidad respecto a su antecesor - el interferon- le convirtió en el tratamiento de elección para estos enfermos. Aunque todavía no puede hablarse de curación, este paso supuso sin duda un balón de oxígeno para los pacientes, al permitirles un recorrido mucho mas amplio en sus posibilidades terapéuticas.
Sin embargo, desde entonces no todo han sido buenas noticias. Un estudio europeo puso de manifiesto que, ya en la primera fase, un 25 por ciento de los enfermos desarrollaban resistencias al imatinib; un porcentaje que ascendía hasta el 41 por ciento en la acelerada y hasta un 92 por ciento en su etapa mas virulenta.
En este marco, hoy se presentaron en Orlando los datos de los ensayos clínicos que está desarollando Brystol-Myers Squibb con una nueva sustancia, el dasatinib, aprobada recientemente en Europa y en Estados Unidos para rescatar a los pacientes que han dejado de responder al fármaco o que no lo toleran.
ABRIENDO VENTANAS
El doctor Juan Luis Steegmann Olmedillas, presidente del Registro Español de Leucemia Mieloide Crónica, que además participó en el desarrollo del imatinib, considera que esta sustancia, que describe como "mucho mas potente y menos tóxica" que su hermana mayor, permite abrir una ventana en cuanto a posibilidad de tratamiento y efectos secundarios.
Uno de los mecanismos característicos de leucemia mieloide crónica es la traslocación de dos genes (el ABL y el BCR) que se encuentran en el cromosoma 9 y el 22 y que deriva en el llamado 'cromosoma Filadelfia', que a su vez contiene el nuevo gen, el BCR-ABL. Este gen produce una proteína, la tirosinquinasa, que ordena a las células "que sean inmortales, que se reproduzcan ilimitadamente y que desobedezcan en su funcionamiento normal de adhesión", según lo describió el doctor Steegmann Olmedillas.
Los resultados para el enfermo son una proliferación celular descontrolada y un agrandamiento del bazo que le provocan cansancio, perdida de peso sin causa aparente, sudoración nocturna, fiebre y dolor debajo de las costillas del lazo izquierdo del cuerpo.
BLOQUEO Y PARÁLISIS
El mecanismo de acción tanto de imatinib como de dasatinib se centra en el bloqueo de la proteína tirosinquinasa BCR-ABL de manera que el proceso se paraliza. Según contó el doctor Frank Lee, que ha desarrollado la nueva molécula, una de las diferencias clave entre ambas sustancias es que la de segunda generación tiene un mecanismo de acción mas completo porque actúa cuando la proteína esta tanto activa como inactiva, lo que le hace efectiva frente a las mutaciones de las células tumorales, que están directamente relacionadas con las resistencias.
Estas conclusiones están avaladas por un estudio presentado en Orlando en el que participaron 150 enfermos de diferentes países en su primera fase y que habían desarrollado resistencias frente a la dosis convencional de imatinib en el que se comparó la eficacia de dasatinib frente a una dosis mayor de imatinib. Los resultados demostraron que los que habían tomado dasatinib tenían una mejor respuesta citogenética (53 frente a 33 por ciento) y molecular (16 frente a 4 por ciento). Además se vio que los pacientes que habían tomado dasatinib tenían una mayor supervivencia libre de enfermedad.
Sin embargo, tal y como advierte el doctor Steegmann Olmedillas, hay que hacer un seguimiento muy estrecho de los efectos que tienen estas denominadas "balas mágicas" a largo plazo, porque aunque han supuesto un hito, llevan poco tiempo en el mercado. Los efectos secundarios registrados hasta el momento son náuseas, retención de líquidos y hemorragias, aunque desaparecen dejando de tomar el fármaco durante un corto lapso de tiempo.