LISBOA, 17 Abr. (EUROPA PRESS/Patricia Ferro)
La nueva ley del aborto en Portugal, que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo hasta las diez semanas a petición de la mujer, fue publicada hoy en el 'Diario de la República' y a partir de ahora el Gobierno que preside del socialista José Sócrates tiene sesenta días para regularla a fin de que entre en vigor, previsiblemente a finales de junio.
Después de haber sido sometida a referéndum el pasado 11 de febrero y de haber sido refrendada posteriormente por el Parlamento, el pasado 10 de abril fue promulgada por el presidente de la República, el conservador Aníbal Cavaco Silva, que envió un mensaje a la Asamblea de la República en el que señalaba una serie de asuntos que a su entender debían merecer una atención especial a la hora de regular la ley.
La nueva ley establece un período de reflexión obligatorio para la mujer "no inferior a tres días" desde la fecha de la primera consulta ginecológica. El objetivo es que la mujer tenga acceso a toda la "información relevante para la formación de su decisión libre, consciente y responsable", y compete al establecimiento sanitario oficial en el que se realice el aborto garantizar que se cumpla.
Los centros en los que se realicen abortos tienen que disponer de servicios de apoyo psicológico y de asistencia social, y están obligados a encaminar a las mujeres que quieran abortar a una consulta de planificación familiar. Además, los médicos tienen asegurado el derecho a la objeción de conciencia.
Entre los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de regular la nueva ley, sugeridos por el jefe del Estado, figura que "la mujer sea informada sobre el nivel de desarrollo del embrión --mostrándole la correspondiente ecografía--, sobre los métodos utilizados para la interrupción del embarazo y sobre las posibles consecuencias de éstos para la salud física y psíquica", dado que "las consecuencias serán siempre irreversibles", señala el mensaje del presidente.
En su opinión, que se opone a varios puntos de la nueva norma aprobada en el Parlamento, la mujer debería ser informada sobre la adopción, la publicidad sobre el aborto debería estar restringida y los médicos objetores de conciencia deberían poder dar consultas previas a la realización de un aborto, al contrario de lo que dice la ley que los excluye.
El jefe del Estado también tiene en cuenta el papel del hombre en este proceso y considera que "es razonable que el progenitor masculino pueda estar presente en la consulta obligatoria y en el acompañamiento psicológico y social durante el período de reflexión, si así lo desea y la mujer no se opone, sin perjuicio de que la decisión final pertenece exclusivamente a la mujer", argumenta.
Además, Cavaco considera que el médico que realiza el aborto no debería ser el mismo que certifica y verifica que las circunstancias de la interrupción del embarazo son legales y que se encarga del acompañamiento psicológico y social, especialmente cuando éste se lleva a cabo en una clínica privada autorizada.
Para terminar, dice que después de la entrada en vigor de la ley "cabrá verificar si, en la práctica, esta Ley contribuye efectivamente para una disminución no solamente del aborto clandestino, si no también del aborto en general", concluyó.
