MADRID 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
La iniciativa No es Sano ha solicitado al Ministerio de Sanidad que, si en términos clínicos se prueba que puede ser una alternativa útil para algunos pacientes de Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, aplique una licencia obligatoria.
Este es un mecanismo por el que, tal y como ha detallado, podría suspenderse temporalmente la exclusividad de la patente, que tiene Gilead, para que el medicamento se produzca, o se importe, como genérico. De hecho, ha recordado que la medida está recogida en los acuerdos ADPIC (Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) y puede aplicarse en casos de emergencia nacional u otras circunstancias de extrema urgencia, como es el caso de la Covid-19.
Asimismo, está contemplada en la Ley Española de Patentes de 2015, aunque hasta la fecha el Gobierno español no ha dado muestras de querer aplicarla. "Remdesivir es el primer fármaco autorizado provisionalmente para tratar la COVID-19, pero hay muchos otros tratamientos en fase de investigación clínica que pueden estar por llegar. Por ello, es fundamental que el Gobierno de España se prepare para afrontar otros casos de precios abusivos y posibles dificultades en la cadena de distribución con las salvaguardas legales que existen para ello", han dicho desde No es Sano.
En todo caso, la campaña ha recordado que remdesivir es un fármaco con objeciones metodológicas en los estudios y "modestos resultados" que ha recibido una autorización condicional a la espera de tener "más evidencias" que confirmen su efectividad y seguridad y se obtengan datos sobre su efecto en la mortalidad, ya que hasta ahora solo ha demostrado acortar la estancia hospitalaria de los pacientes en cuatro días y en seis en algunos casos más graves.
Además, ha subrayado que los profesionales sanitarios siguen utilizando otros medicamentos antiguos, de bajo precio, como corticoides o heparina, junto con distintas técnicas, como ventilación mecánica o cuidados de Enfermería, para tratar los síntomas y complicaciones más graves, logrando disminuir la mortalidad por Covid-19.
"Otro punto de enorme importancia a la hora de definir el precio del fármaco debería ser la gran inversión pública que hay detrás. Solo el Gobierno de Estados Unidos ha invertido más de 70 millones de dólares en el desarrollo de este antiviral. Todo ello, sin contar la cantidad de ensayos clínicos en los que han participado sistemas públicos de salud de muchos países", ha apuntado.
Por todo ello, No es Sano ha subrayado la necesidad de que se introduzcan cambios en el modelo de fijación de precios para que se tenga en cuenta la inversión pública que hay en el desarrollo de los medicamentos, así como que los precios se calculen a partir del resultado de la suma de los costes de investigación, desarrollo y producción, al que habría que añadir un "beneficio razonable" para la industria farmacéutica. "Solo así conseguiremos precios justos para los medicamentos y las vacunas que puedan estar por venir", ha zanjado.