CASAR DE MIAJADAS (CÁCERES), 14 (EUROPA PRESS)
Antonia González, la mujer a la que el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) deberá pagar 90.000 euros en concepto de indemnización por daños y perjuicios por olvidar una broca de cinco centímetros en una intervención de cadera, en el Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, asegura que "no hay dinero" para compensar el sufrimiento padecido.
Una sentencia de la Sección Novena de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Madrid dictamina que Antonia González, de 60 años de edad y que reside en la localidad cacereña de Casar de Cáceres, debe ser indemnizada por el error que cometieron los facultativos madrileños hace 16 años.
La afectada aseguró a Europa Press desde su domicilio en Cáceres que, pese a estar contenta con la decisión judicial, "no hay dinero" suficiente que pueda pagar por lo que ha pasado durante todo este tiempo, a consecuencia de contar con este objeto metálico y punzante en su cuerpo. "Esto no se paga con dinero ninguno, lo que yo he sufrido, porque he sufrido mucho", lamentó.
Antonia explicó que el sorprendente olvido aconteció en 1990, cuando fue sometida a una operación en el citado centro hospitalario de Madrid, dado que una de sus dos prótesis de cadera se había colapsado. Por este motivo, procedieron a retirársela, y fue durante esta intervención cuando "dejaron la broca" en su pierna.
Durante el postoperatorio, observó ciertas complicaciones y que la zona que le abrieron para intervenirla estaba "infectada", pero asegura que al quejarse a los médicos, éstos no le hicieron caso. "Yo notaba una cosa en la cadera, al tocarme con el dedo", explicó antes de apostillar que entonces pensó que "se habrían dejado una aguja" durante la operación.
Desde entonces le prescribieron un tratamiento para combatir la infección que presentaba, que empeoró y no fue hasta 2006 cuando le extrajeron la broca de su cuerpo, tras acudir a urgencias en el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres, aquejada de fuertes dolores.
"Te está saliendo un clavo. Es algo que se han quedado olvidado los médicos", le dijeron entonces al atenderla, lo que causó su asombro y malestar al comprobar que sus sospechas se hacían realidad tras 16 años de "fuertes dolores".
Tras el hallazgo, Antonia no dudo en recurrir a un abogado especializado en temas médicos, ya que tras comunicar lo ocurrido a los facultativos que incurrieron en esta negligencia, no le pidieron tan siquiera "perdón", y además de ello tras la denuncia, la comenzaron a tratar "muy mal".
Por último, esta mujer recuerda que debido al trato recibido y la convalecencia de tantos años aún hoy continúa bajo "tratamiento psicológico". "No lo he denunciado por el dinero, sino para que nadie pase por lo mismo", aseveró esta cacereña, quien depende de su familia y una asistente a domicilio para realizar cualquier tarea.