MADRID 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación revela que los niveles de sodio fluctúan rítmicamente a lo largo de semanas, independientemente de la ingesta de sal, según las conclusiones del estudio, publicadas en la edición de este miércoles de la revista 'Cell Metabolism'. La investigación, que examinó a los cosmonautas que participan en los análisis de simulación de vuelo espacial, desafía las suposiciones ampliamente aceptadas que los niveles de sodio se mantienen dentro de límites muy estrechos.
"El estudio pone de relieve la importancia de medir la excreción de sal en la orina durante un período de tiempo más largo para estimar con precisión la ingesta de sal --afirma el autor principal del estudio, Jens Titze, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos)--. Esta información es muy importante, dado el énfasis en el consumo de sal en términos de riesgo para la enfermedad cardiovascular y los resultados de salud".
Titze y su equipo se aprovecharon de un estudio sobre el control de la ingesta de sal y el equilibrio de sal a lo largo de casi siete meses de 12 participantes masculinos en los análisis 'Mars105' y 'Mars520'. Estos hombres pasaron 105 y 520 días, respectivamente, en un hábitat cerrado que consta de módulos de interconexión herméticamente sellados en un centro de simulación espacial en Moscú, donde vivieron y trabajaron como si fueran astronautas en la estación espacial internacional.
Como era de esperar, los niveles de aldosterona aumentaron cuando se consumía menos sal, pero, sorprendentemente, una disminución en la ingesta de sal condujo a una reducción en los niveles de la "hormona del estrés" cortisol. Cuando los investigadores mantuvieron constante el consumo de sal, la excreción de sodio y los niveles de aldosterona y cortisol junto fluctuaron en ciclos semanales.
Por otro lado, los niveles de sodio en el cuerpo sufrieron cambios rítimicos a largo plazo que eran independientes de la ingesta de sal. Durante este largo plazo, los niveles de sodio elevados se asociaron con niveles de aldosterona elevados y niveles bajos de cortisol, lo que sugiere que las dos hormonas trabajan en direcciones opuestas para controlar el almacenamiento y la liberación de sodio.