SAN LUIS, 11 Oct. (EP/AP) -
Los niños obesos que rebajan de peso con frecuencia evitan recuperar los kilos perdidos mediante estrictos tratamientos, pero no por mucho tiempo ya que, según un equipo de investigadores estadounidenses, tienden a subir nuevamente de peso a los dos años.
Un equipo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis siguió los casos de 150 niños de entre siete y doce años con problemas de peso, en uno de los estudios más grandes sobre los efectos a largo plazo de los programas para bajar de peso.
"Sabemos que entre los adultos el principal reto no es bajar de peso, sino mantenerse en línea por mucho tiempo", expresó una de las investigadoras, Denise Wilfley, y los niños tienen el mismo problema, agregó.
Los menores observador estaban un 65% por encima del peso recomendado y en todos los casos al menos uno de los padres era obeso también. Todos ellos se sometieron a un tratamiento de cinco meses que ponía énfasis en una dieta saludable y en el ejercicio, con asesoramiento de terapeutas, y al cabo de cinco meses habían perdido un 11% de su peso.
Fueron separados al azar en tres grupos, a uno de los cuales no se le dio más asesoría; a otro se le encomendó que adoptasen hábitos más saludables, aunque sin supervisión, y tratasen de bajar inmediatamente de peso si volvían a engordar, y al tercer grupo se les programó actividades físicas y se les dio una dieta, estimulándoles para que se relacionasen con niños que realizan muchas actividades físicas.
Los investigadores observaron los progresos al cabo de un año y nuevamente pasados de dos años. Los niños de los dos últimos grupos evitaron engordar por más tiempo que los menores que no siguieron tratamiento alguno. Estos últimos recuperaron el peso perdido e incluso engordaron más.
Los que mejores resultados obtuvieron fueron los que buscaron la compañía de niños activos. Ellos lograron mantener el peso que tenían al completar el programa de cinco meses.
Wilfley dijo que hacen falta más estudios para sacar conclusiones más definitivas acerca de cuál es la mejor forma de combatir la obesidad infantil y, sobre todo, observar a los niños durante períodos más prolongados.
No obstante, Terry Huang, directora del departamento de obesidad infantil del Instituto Nacional de Salud, que auspició el estudio, considera que algunos de sus resultados son alentadores. "No basta con modificar los hábitos. Hay que comenzar a estudiar el contexto social en que se produce la obesidad", señaló.