MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los niños que nacen con menos de 2,5 kilos y se hacen después obesos tienen mayor riesgo de sufrir un evento cardiovascular, según la doctora Empar Lurbe, jefa del Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario de Valencia. "En estos casos se debe insistir más en el consumo de una dieta mediterránea, la realización de ejercicio físico y el fomento de hábitos de vida que eviten la aparición del sobrepeso a edades tempranas", explicó Lurbe, vice-presidenta primera de la Sociedad Española de Hipertensión y Liga Española para Lucha contra la Hipertensión Arterial.
La experta señaló que los niños con bajo peso al nacer pueden presentar alteraciones vasculares precoces, caracterizadas por una menor elasticidad y mayor resistencia. Estas alteraciones en etapas precoces de la vida indican el inicio del desarrollo de los cambios que facilitan el incremento progresivo de la presión arterial.
La aparición de un mayor o menor riesgo cardiovascular depende de factores genéticos y ambientales a los que se ha unido últimamente los fetales. Mientras que los genéticos son inalterables, sí es posible incidir sobre los otros dos. En los fetales, el cuidado de las madres durante el embarazo resulta fundamental para evitar posibles alteraciones en el feto.
RIESGOS DEL BAJO PESO
El bajo peso al nacer es por sí solo un factor de riesgo cardiovascular que, cuando se suma a otros como la obesidad en la infancia, hace que aumente significativamente el riesgo de desarrollar alguna patología de este tipo en la edad adulta. Los niños que nacen con bajo peso tienen un mayor riesgo de desarrollar Hipertensión Arterial, diabetes tipo 2 y cardiopatía isquémica en la edad adulta.
"Existen varias teorías respecto al porque el peso de un bebé al nacer se asocia al riesgo de desarrollar hipertensión arterial posteriormente. Alteraciones a nivel del riñón y/o de los grandes vasos pueden estar implicados", añade esta especialista. Por esta razón en los exámenes de salud rutinarios que se realizan a cada niño, hay que tener presente que, en el momento que se detecten otros factores de riesgo como la obesidad o ser hijo de padres hipertensos, habrá que intervenir de forma precoz, evitando el sobrepeso".
Un estudio reciente llevado a cabo por especialistas del Hospital General Universitario de Valencia y coordinado por la doctora Lurbe revela que si bien aquellos bebés que nacen de un embarazo a término con menos de 2,5 kilos tienen unas cifras de presión arterial más bajas al nacer, durante el primer mes de vida el aumento de su presión es mayor llegando a igualarse pasado este periodo con los que nacieron con un peso en rango normal. "Para encontrar las causas tenemos que retroceder a la vida intrauterina del bebé siendo de gran importancia el estudio de los cambios funcionales y morfológicos de los vasos del cordón umbilical".
OBESIDAD INFANTIL
"La obesidad en la infancia y adolescencia ha sido asociada a un aumento de la hipertensión arterial, alteraciones del perfil lipídico, diabetes tipo 2 y lesiones arteroscleróticas precoces, así como mayor riesgo de obesidad en época adulta con el aumento correspondiente de morbilidad y mortalidad", explicó. Además, "en la adolescencia pueden identificarse marcadores de riesgo de desarrollar patología cardiovascular en la edad adulta. De entre todos ellos la elevación de la presión arterial es el más importante para determinar riesgo en este grupo de edad".
Estudios desarrollados en niños han demostrado que los que presentan persistentemente valores de presión arterial en los límites altos de la normalidad, tienen mayor riesgo de ser hipertensos en la edad adulta. En este sentido, la doctora Lurbe insiste en que "si no se controla la presión arterial de estos niños, muchos de ellos serán adultos con enfermedad cardiovascular establecida".