MADRID 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
Hasta un 7 por ciento de los niños españoles presenta un trastorno específico del lenguaje, lo que significa que no desarrollan el lenguaje a una edad adecuada, acarreándoles diversos problemas sociales y educativos que se ven agravados de no ser detectado y tratado este problema a tiempo.
"Muchas veces estos niños tienen otros problemas asociados, como problemas de atención, conducta, problemas en lectura y escritura, problemas a nivel social", explica a Europa Press la psicóloga en Instituto del Lenguaje y Desarrollo, Sara Gambra Moleres, aunque el problema principal es que el sistema de lenguaje por diferentes razones no se corresponde con sus capacidades intelectuales-cognitivas, que se encuentran dentro de la normalidad.
No siempre se presenta con los mismos síntomas porque no afectan siempre de la misma forma ni con la misma intensidad, explica esta experta que confirma que existen distintos niveles de gravedad, pudiendo afectar a la compresión, expresión o capacidad de comunicación.
Clínicamente no hay una causa que identifique este problema, sin embargo hay que mirar este trastorno desde la cronicidad, afirma, ya que aunque no hay investigaciones que recojan cómo afecta una vez se sobrepasa la adolescencia, se sabe que puede haber secuelas en la edad adulta.
No se trata de una discapacidad intelectual, aunque un estudio de 2008 financiado por la británica Nuffield Foundation, en 242 niños con este trastorno entre 7 y 11 años de toda Inglaterra, demostró que una minoría de niños presentó rasgos que están también presentes en el autismo.
"Es un problema crónico", con consecuencia durante la infancia y la adolescencia, "aunque con terapia el niño va a estar mucho mejor adaptado tanto a nivel familiar, como social como a nivel escolar", por tanto "dependiendo de la terapia que reciba la manifestación va a ser mayor o menor y diferente en distintas etapas de la vida del niño".
Los importante para tratarlos es una detección temprana, para ello hay que observar al niño; "lo primero que ven los padres es que es un niño que habla poco, que a veces tiene dificultades para relacionarse y no saben comunicarse, lo que les frustra y puede derivar en problemas de conducta", además a nivel social y educativo "suelen tener problemas de relación y comprensión", explica.
LOS TRES FRENTES DE LA TERAPIA
Una vez detectado el problema debe ser tratado en una terapia específica que debe hacerse por personas especializadas en este tipo de alteraciones y que afectará tres áreas fundamentales del niño.
Primero hay que abordar el problema en una terapia con el niño, donde no solo se suele trabajar lenguaje, sino que se trabajan otros aspectos como es la memoria, aspectos conductuales, la atención; en segundo lugar, se debe llevar la terapia a los padres para orientarles, explicarles qué deben hacer y darles actividades para afianzar el trabajo realizado en consulta; finalmente, hay que coordinarse con el colegio para avisar los objetivos que se están trabajando con el niño, de modo que se consiga adaptar a su grupo de edad.
"El principal problema con el que nos encontramos es que al niño se le diagnostica tarde muchas veces en la asistencia pediátrica, y cuando los niños son más mayores, que tiene un problema en el rendimiento escolar, nos encontramos que los profesores lo suelen atribuir a que es vago, o no trabaja lo suficiente", afirma.
Ahora mismo, explica Gambra Moreles, se demandan guías para su detección temprana, asimismo denuncia la falta de conocimiento e investigación sobre este trastorno. "El trastorno específico del lenguaje es bastante frecuente pero es un gran desconocido, sobre todo frente a otros trastornos como puede ser el autismo, que casi todo el mundo lo conoce, y, sin embargo, tiene una afección mucho más baja", ha concluido.