MADRID, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad Ramón Llull aseguran que aquellos niños de seis y siete años que duermen menos de nueve horas al día pueden tener problemas de rendimiento en la escuela, según los resultados de un estudio que publica la revista 'Cultura y Educación'.
En la investigación han participado un total de 142 alumnos de primaria (65 niñas y 77 niños) procedentes de diversos centros escolares y sin alteraciones patológicas que afectan al sueño, y en concreto se observó que aquellos que duermen 8 o 9 horas tienen peor rendimiento que los que duermen de nueve a once horas.
"Teniendo en cuenta los resultados obtenidos, consideramos que dormir más de nueve horas y tener una adecuada rutina diaria favorece el rendimiento académico", según explica el investigador de la Facultad de Psicología de la UAB, Ramón Cladellas, autor de este estudio.
Los investigadores elaboraron un cuestionario para a los padres a fin de recoger los hábitos y horas de sueño nocturno de sus hijos y, paralelamente, valoraron una serie de competencias académicas: comunicativas, metodológicas, transversales y específicas.
De este modo, explica Cladellas en declaraciones al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), recogidas por Europa Press, observaron que "un 69 por ciento de los estudiantes regresan a casa tres o más días a la semana después de las 9 de la noche o se acuestan al menos cuatro días semanales después de las 11 de la noche".
Además, constataron que el déficit de horas de sueño y los malos hábitos produjeron efectos negativos especialmente en las competencias más genéricas (comunicativas, metodológicas y transversales), fundamentales para el rendimiento académico.
TAMBIÉN AFECTA EL SUEÑO IRREGULAR
No obstante, en algunas competencias específicas, más relacionadas con aspectos cognitivos como memoria, aprendizaje y motivación, el efecto es menor y se ven alteradas sobre todo por pautas de sueño irregulares.
De ese modo, la falta de horas distorsiona el rendimiento de los niños en el conocimiento lingüístico, en las reglas gramaticales y ortográficas, así como aspectos claves en la organización y compresión de textos.
"Son competencias básicas, de manera que si el alumno, debido a una falta de sueño desarrolla problemas en este aspecto, puede repercutir en todas las materias", explica Cladellas.
Los autores concluyen que mantener una higiene de sueño adecuada a esta edad contribuye al desarrollo cognitivo positivo y sugieren el desarrollo de programas de prevención al respecto que empiecen por concienciar a los padres y maestros.
Por ello, concluye este experto, "aunque hoy en día existe una amplia preocupación porque los niños están muy pegados a la televisión, a las máquinas, a los videojuegos, pero no se le da la misma importancia a que tengan el hábito de irse a la cama siempre a la misma hora".