PALMA DE MALLORCA, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los niños que cursan el último año de Educación Primaria y el tercero de Secundaria, eso es, entre los doce y catorce años, son los más proclives a sufrir estrés infantil, una patología que afecta por igual a ambos sexos y cuyos síntomas se caracterizan por el bajo rendimiento, la falta de ganas de acudir al centro educativo y las malas relaciones entre el alumno, sus compañeros y los profesores.
En declaraciones a Europa Press, el vocal de Psicología infantil del Colegio Oficial de Psicólogos de Baleares (COPIB), Biel Pujol, explicó que el estrés infantil se refleja en la "imposibilidad" de hacer los deberes y la "falta de ganas" de acudir al centro escolar por parte del niño, además de "cambios de humor significativos" y "respuestas desmedidas" ante los hechos que ocurren a su alrededor.
Según Pujol, para los niños es "sumamente importante" el aspecto afectivo al principio de su vida, ya que "necesitan la seguridad de los padres" así como sentirse "queridos y estimulados", algo que, a menudo no ocurre con los niños que presentan una agenda de actividades extraescolares "sobrecargada", recalcó el experto.
"Lo importante no es que lo padres pasen mucho tiempo con sus hijos, sino que ese tiempo sea de calidad" manifestó Pujol, quien destacó que lo fundamental en el entorno del menor es que éste "cree lazos afectivos con sus progenitores".
Para el psicólogo, uno de los aspectos fundamentales a la hora de estudiar y tratar un caso de estrés infantil, es conocer el origen de la ansiedad y distinguir si ésta es producida por una situación de fracaso escolar o si por el contrario, la ansiedad y el estrés crean como consecuencia un fallo en el ritmo de estudios del niño.
Según Pujol, cuando los padres se enfrentan a un posible caso de estrés infantil, los pasos a seguir son hablar con el tutor para analizar los progresos del niño en el colegio y hablar con el menor de forma directa "sin interrogarlo" y si el problema se presenta complicado "nunca está de más acudir a un profesional".
Pujol explicó que el COPIB no tiene datos sobre la incidencia del estrés infantil en Baleares, aunque aseguró que es un tipo de patología que se da a niveles bajos en comparación con otro tipo de problemas asociados a los menores y su entorno educativo.