MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los niños que acuden a las guarderías desde pequeños son más propensos a padecer diarreas, según el doctor Jordi Serra, miembro del Servicio del Aparato Digestivo del Hospital Vall D Hebrón de Barcelona y portavoz de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD).
Aproximadamente la mitad de los casos de diarreas en niños de 6 meses a 4 años son causadas por el rotavirus, que se muestra más activo y agresivo entre los meses de noviembre y abril, según este especialista.
Cada niño puede llegar a experimentar 2 ó 3 episodios durante el curso escolar. El debut suele ser rápido, con incremento súbito en el número de deposiciones que son más líquidas. A veces el niño se queja también de dolor de barriga, y pueden asociarse vómitos y fiebre. Normalmente este cuadro dura 2-5 días y se resuelve por si solo, explicó Serra.
Sin embargo, el especialista señaló que en caso de diarreas importantes en niños pequeños existe riesgo de deshidratación, que se manifiesta por la apatía, menor capacidad de respuesta ante los estímulos externos y mirada ausente, fiebre alta, o sequedad en las mucosas de la boca o los ojos.
Por ello se recomienda vigilar las deposiciones, sus características y consistencia. En estados de fiebre alta o de diarreas copiosas se recomienda prestar especial atención a zonas como los labios, los ojos y la piel, procurando mantenerlas húmedas. Además, se aconseja suministrar dieta líquida durante los primeros días, basada en agua y sueros orales que contribuyan a reponer las pérdidas de líquidos y sales que acompañan este proceso.
El agua de zanahoria y/o arroz permiten reponer las pérdidas de líquido a la vez que tienen un efecto astringente que puede resultar beneficioso. En el caso de niños más mayores que rehúsen tomar estos líquidos, los refrescos de cola pueden resultar una eficaz y excelente alternativa, comentó.
También resaltó que en las diarreas víricas no es preciso utilizar ningún tipo de medicamento específico. Los antibióticos no tienen ningún efecto sobre el virus y alteran la flora intestinal normal del individuo, lo que podría disminuir sus defensas naturales, dijo.
Finalmente, recordó que el rotavirus viaja con mucha facilidad mediante el contacto directo con otros niños. En muchos casos, compartir una toalla o usar el mismo jabón facilita su transmisión y, por lo tanto, el contagio. Por ello, destacó que las medidas higiénicas en estos centros deben ser extremas, favoreciendo el empleo de papel desechable y jabón líquido entre otras medidas, tanto por parte de los niños como del personal que les cambia y limpia.