Ningún país está preparado para hacer frente a una epidemia o pandemia

Female doctor's hands putting on blue sterilized surgical gloves.
Female doctor's hands putting on blue sterilized surgical gloves. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / BOJAN89 - Archivo
Publicado: viernes, 25 octubre 2019 13:30

   MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Un nuevo Índice de Seguridad Global lanzado ayer, el primero que comprende una evaluación y un análisis comparativo de seguridad sanitaria y capacidades relacionadas alrededor de 195 países, sugiere que no hay un solo país en el mundo que esté por completo preparado para hacer frente a una epidemia o pandemia.

   El nuevo Índice de Seguridad Global es un proyecto conjunto del Centro Johns Hopkins para la Seguridad Sanitaria y el Tratamiento Nuclear, con una investigación de la Unidad de Economía Intelifencte. El centro para la Seguridad Sanitaria es una parte de la Escuela Johns Hopkins Bloomberg de Salud Pública.

   Este índice encuentra graves debilidades en las habilidades de los países para prevenir, detectar y responder a importantes brotes de enfermedades. En la media que se refleja apenas supera 40 sobre 100 en una escala de puntuación. Entre los 60 países con mayores ingresos, la puntuación media es de un 51,9 por ciento.

   Jennifer Nuzzo, profesora asociada en el Bloomberg School, ha señalado que el Índice de Seguridad Sanitaria Global, desarrollado con la guía de un comité de expertos de 13 países diferentes, puede usarse en los ministerios de sanidad y organizaciones internacionales, filantrópicas e invesrtigadores.

   "El Índice encuentra que ningún país está preparado para un brote infeccioso de una enfermedad, ya ocurra de forma natural, intencionada o accidental", ha señalado la profesora. "Es importante saber que hay trabajo que hacer, países que pueden usar el índice para identificar datos, construir preparación y crear las mejores prácticas y progresos en este sentido a lo largo del tiempo", ha añadido.

   "Ya sean epidemias o pandemias naturales, accidentales o deliberadas, estos brotes pueden causar importantes daños a la salud, la paz y la prosperidad si los países no están adecuadamente preparados", ha señalado el director del Centro de Seguridad Sanitaria, Tom Inglesby. "Es importante para los líderes internacionales entender los riesgos de las enfermedades infecciosas y colaborar para hacer mejoras en la preparación en caso de que ocurran estos acontecimientos", ha añadido.

SEIS CATEGORÍAS

   Los países del Índice de Seguridad Sanitaria Global han sido evaluados mediante seis categorías, 34 indicadores y 140 cuestiones, usando solamente datos y fuentes de información en abierto de las diferentes organizaciones internacionales, incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS).

   En este sentido, los hallazgos más improtante de este índice son, entre otros, que menos del 7 por ciento de los países obtienen puntuaciones altas en la categoría que evalúa la prevención o la liberación de patógenos; y que solo el 19 por ciento de los países reciben puntuaciones altas en la categoría de detección temprana y registro de epidemias de potencial internacional.

   Asimismo, también se ha encontrado que menos del cinco por ciento de la puntuación de los países en la categoría más alta responden a una mitigación de la expansión de una epidemia; y, además, que con una puntuación media de 26,4 sobre 100, tener un sector de salud suficiente para tratar a los enfermos y proteger a los trabajadores en materia sanitaria fue la categoría con la puntuación más baja.

   Por ello, estos investigadores insisten en que el cumplimiento de la seguridad sanitaria es una tarea colectiva, por lo que ofrecen un total de 33 recomendaciones tanto para países individuales como para la comunidad internacional.

   Entre estas propuestas destacan, por ejemplo, que el Secretario de la Organización de las Naciones Unidas debería hablar con los líderes de gobierno de los diferentes países sobre tratados biológicos, incluyendo la financiación en caso de emergencia sanitaria; además, aseguran que los gobiernos nacionales deberían tomar partido para asumir los riesgos de la falta de seguridad sanitaria, estableciendo nuevos mecanismos de financiación para suplir las brechas observadas. También proponen la creación de un comisionado o figura encargada de vigilar el cumplimiento de el Índice de Seguridad Sanitaria.