MADRID, 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
A pesar de que la pediculosis no afecta a un género en concreto ni a una edad concreta, los piojos son más habituales entre los tres y los once años de edad y las niñas son más propensas a padecerlos. Aunque la razón no está clara, parece que es debido a la longitud del cabello, ha explicado a Europa Press el jefe de la Unidad de Pediatría Social del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, el doctor Jesús García Pérez.
Los piojos son unos parásitos de entre 2 y 3 milímetros de color marrón grisáceo, que habitan en el cuero cabelludo y cuya alimentación habitual es la sangre humana, por eso producen fuertes picores en la cabeza.
Sin embargo, uno de los grandes mitos sobre estos parásitos de que vuelan de cabeza a cabeza es falso, ya que en realidad se contagian por el contacto directo entre cabezas y por aquellos objetos que han estado en contacto con esta como gorras, sombreros, almohadas o gomas de pelo.
Además, los piojos aparecen durante todo el año, no tiene una época concreta, pero sí es verdad que su aparición se puede agravar con las altas temperaturas y al comienzo del curso escolar.
Para detectarlos, el doctor destaca que es importante que "cuando los padres observan que el niño se rasca comprueben si están infectados. Si es así, hay que lavar el cabello, aclararlo e ir separando mechones para controlar la zona donde pueden estar albergados".
TRATAMIENTO
Los piojos nacen de las llamadas liendres, de las que pueden poner entre 50 y 500, que se suelen albergar en la raíz del pelo, especialmente en las zonas de más sudoración, como detrás de las orejas o en la zona occipital.
El tratamiento habitual que se utiliza en estos casos es la permetrina al 1,5 por ciento tanto en forma de lociones como en forma de champú. Lo primero que hay que hacer es aplicar una loción adecuada con un suave masaje y tapar la cabeza con un gorro de baño durante 10-15 minutos para intoxicar al piojo. "El gorro favorece la absorción del champú que va a matar al bicho y luego protege del posible contagio externo con otros niños", asegura el doctor García Pérez. Una vez hecho esto, se aclara el pelo y se vuelve a repetir la acción pero aplicando un champú de permetrina.
Por último, hay que cepillar el pelo con una lendrera (peine especial con las púas muy juntas) ya que permite arrastrar los piojos y las liendres muertas.
Siete o diez días después hay que comprobar que el tratamiento ha funcionado y si no es así, se debe repetir hasta que los parásitos desaparezcan por completo.
¿LOS REMEDIOS CASEROS SON EFICACES?
Las madres siempre han usado el vinagre para erradicar los piojos y no es un tópico ya que el vinagre, en su justa medida, ayuda al desprendimiento de la liendre. No se trata de lavar a los niños el pelo con vinagre, precisa el doctor, sino de disolverlo con un poco de agua y aclarar el pelo con esta disolución.
Teniendo en cuenta que los piojos no se pueden prevenir con ningún tipo de producto como las colonias, sí es importante desinfectar todos los objetos y prendas que han estado en contacto con el niño para así evitar un nuevo contagio.
En el caso de las prendas o los objetos que no se puedan lavar, hay que meterlos en bolsas de plástico durante un mínimo de 15 días para que el piojo muera.