MADRID 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un neurotransmisor podría ofrecer una nueva forma de aumentar la eficacia de los medicamentos contra el cáncer y la radioterapia, según un nuevo estudio dirigido por investigadores del Centro Global del Cáncer de la Universidad Estatal de Ohio, el Hospital de Cáncer Arthur G. Jame y el Instituto de Investigación Richard J. Solove. La investigación ha sido publicada en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
Utilizando modelos animales de cáncer de mama y cáncer de próstata humanos, los investigadores observaron que las inyecciones de dopamina, un neurotransmisor naturalmente ausente en el tumor, puede mejorar el flujo sanguíneo a los tumores y mejorar la acción de los medicamentos contra el cáncer, duplicar la concentración del fármaco en los tumores y aumentar su eficacia. El aumento del flujo sanguíneo también aumentó los niveles de oxígeno en el tumor, una condición que suele mejorar la eficacia de la quimioterapia y la radioterapia.
El nuevo estudio también señala que la dopamina juega un papel importante en el mantenimiento de la estructura de los vasos sanguíneos normales, y que lo hace a través del receptor D2 de la dopamina -presente en los vasos sanguíneos normales, las células endoteliales y los pericitos.
"Nuestro estudio indica que el uso de la dopamina en el tratamiento del cáncer, y tal vez de otros trastornos, podría mejorar la respuesta terapéutica", afirma el doctor Sujit Basu, profesor de Patología e investigador en el Centro Global del Cáncer de la Universidad Estatal de Ohio, quien añade que "dado que los agentes relacionados con la dopamina ya se utilizan en la clínica de otros trastornos, estas drogas -relativamente baratas- podrían ser aplicadas con facilidad en el tratamiento del cáncer para aumentar la respuesta terapéutica a la quimioterapia y la radioterapia".
Los vasos sanguíneos que se desarrollan dentro de los tumores son estructuralmente anormales y realizan un pobre trabajo a la hora de suministrar sangre al tumor; esto dificulta la acción de los agentes quimioterapéuticos, y priva a los tumores de oxígeno, haciendo a las células tumorales resistentes a la quimioterapia y la radiación. Basu y sus colaboradores observaron que el tratamiento con dopamina normaliza la estructura anormal de estos vasos sanguíneos, lo que indica el importante papel de este neurotransmisor en su remodelación.