PALMA DE MALLORCA, 26 May. (EUROPA PRESS) -
Especialistas españoles en Neurología han coincidido en señalar que, en el tratamiento del parkinson, es necesario mejorar la identificación de los síntomas del deterioro del fin de dosis, el diagnóstico precoz y la terapia farmacológica para tratar a los enfermos.
Así lo han manifestado neurólogos españoles en un encuentro celebrado ayer en Palma sobre el parkinson, una enfermedad crónica, progresiva e invalidante que habitualmente conlleva, en estado avanzado, un notable deterioro en las personas afectadas.
El diagnóstico de la enfermedad se continua haciendo a partir del reconocimiento de los síntomas, puesto que todavía no existen pruebas de laboratorio ni de imagen que confirmen la enfermedad. Los síntomas característicos son el temblor de las extremidades, la rigidez e hipertonía muscular y la bradicinesia (lentitud o dificultad de movimientos).
La levodopa, sustancia que en el cerebro se transforma en dopamina, cuyo déficit es el causante de la enfermedad, es el tratamiento sintomático más eficaz y más ampliamente utilizado para la enfermedad y el patrón terapéutico en esta enfermedad desde hace casi 40 años.
Sin embargo, después de varios años de tratamiento con levodopa, los pacientes suelen experimentar problemas en el control de los síntomas motores (temblores, rigidez muscular, hipocinesia o problemas de coordinación del movimiento, entre otros). Estos síntomas comienzan a reaparecer antes de la toma de la siguiente dosis del medicamento, lo que recibe el nombre de "deterioro de fin de dosis" o "wearing-off". Datos epidemiológicos demuestran que es posible reducir el "wearing-off" y conseguir un mejor control de los síntomas mediante la optimización de la terapia farmacológica.
Durante el encuentro los neurólogos coincidieron en que la detección del deterioro de fin de dosis y el inicio temprano del tratamiento farmacológico retrasan la reaparición de estos síntomas en la EP, que no solo son síntomas motores.
"En períodos de "wearing off" también pueden reaparecer algunos de los síntomas no motores del Parkinson, como las alteraciones del sueño, la ansiedad, las alteraciones cognitivas y las oscilaciones del estado anímico" advierte el doctor Eduard Tolosa Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Clínic, de Barcelona, y uno de los ponentes del taller, junto al doctor Bernardo Sureda, Jefe de Neurología del Hospital Son Dureta, de Mallorca.
CONTROLAR LOS SÍNTOMAS
La reaparición de los síntomas del 'deterioro fin de dosis' indica la necesidad de optimizar la terapia farmacológica. Por ello, a juicio del doctor Eduard Tolosa "es importante reconocer este aspecto para poder corregirlo".
Precisamente "para superar las limitaciones de la levodopa y controlar los síntomas del "wearing off", se han ido mejorando las formulaciones de este medicamento", señala el doctor Tolosa. Así, durante muchos años la levodopa se ha administrado asociada a un inhibidor de una enzima (dopadescarboxilasa).