MADRID 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
Mantener limpias las instalaciones es la mejor medida de prevención de la legionelosis, según explican los expertos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, que señalan que en 2012 se registraron 1.077 casos de enfermos por esta bacteria en España.
Así lo señalan los neumólogos con motivo de la temporada de verano, momento en el que esta enfermedad pulmonar "resurge" por la proliferación de torres de refrigeración, las altas temperaturas y la humedad ambiental elevada. Esta bacteria ambiental se contagia "cuando se dispersa por el aire en forma de aerosol", explican.
Los pacientes infectados padecen normalmente "fiebre, cefalea, astenia, dolores musculares y tos", síntomas que se producen como paso previo a otros más concluyentes y graves, como "esputos con sangre o dolor torácico fuerte", los cuales definen mejor la infección, indican.
Además, los expertos señalan que la legionelosis es una enfermedad "emergente", y es que la Red de Vigilancia Epidemiológica ha constatado un ligero aumento de casos "respecto a los 938 de 2011". De hecho, en términos de tasa de prevalencia por 100.000 habitantes, también se ha producido un incremento, ya que se ha pasado "del 2,14 en 2011 al 2,33 en 2012", lamentan.
PUEDE CAUSAR NEUMONÍAS
A juicio del coordinador del Área de Enfermedades Infecciosas de la Separ, el doctor José María García, esta bacteria "es peligrosa cuando coloniza torres de refrigeración u otras instalaciones con agua estancada a temperaturas templadas como las que se producen en verano en España". Ésta pueden penetrar en las vías aéreas "y causar neumonías", advierte.
En cuanto a su hábitat ideal, el experto señala que éste se encuentra en "torres de agua para refrigeración de aire acondicionado, fuentes, condensadores, aspersores de riego o sistemas de agua sanitaria". Por ello, confirma que los brotes de esta enfermedad aparecen "cuando las personas inhalan aerosoles que contienen agua contaminada con concentraciones elevadas de legionella en lugares públicos".
Sin embargo, García manifiesta que esta infección dos formas clínicas diferenciadas, siendo éstas la infección pulmonar, "que se caracteriza por una neumonía con fiebre alta"; y la fiebre de Pontiac, "que se manifiesta como un síndrome febril agudo y autolimitado".
Ante ello, afirma que el periodo de incubación es normalmente de 2 a 10 días y que, si la enfermedad se trata a tiempo, "el índice de mortalidad no supera el 6 por ciento". No obstante, subraya que si se inicia pasadas 48 horas del comienzo del cuadro, "el porcentaje puede aumentar al 25 por ciento".